Si en el tema del latrocinio, como dice Confucio Molina, "el PP lucha con tanto entusiasmo contra la corrupción que hasta pone los corruptos", en el tema de la lucha contra la deuda de las administraciones el asunto es parecido.

Repasemos: resulta que en infinidad de ayuntamientos y diputaciones, el truco para coger un billete (de 500) en un descuido era hacer obras faraónicas (vinieran o no, a cuento).Como encima todo parecía Jauja, la fiesta del despilfarro no paraba.

Hasta que llegó la crisis bancaria (la banca se quedó sin un duro) y el comangante mandó a "pagar". (Montoro es el comangante, y a quien había que pagar era a los bancos).

En consecuencia y para abreviar, el señor Montoro (PP) dispuso, (con una Ley) que los ayuntamientos que no tuvieran problemas económicos (o sea, que al final del año hubieran tenido más ingresos que gastos) siguieran atados con la misma camisa de fuerza (atados de pies y manos) que si hubieran tenido déficit (menos ingresos que gastos).

Esta Ley Asfixiante (diremos por qué) supone que una Corporación Local, aunque tenga dinero, no podrá contratar empleados públicos (aunque se le mueran) ni aún necesitándolos.

También supone que por culpa del llamado "Techo del Gasto", un municipio no puede gastar por encima de dicha cantidad (llamada techo del gasto y definida por el Gobierno Español) aunque disponga de fondos para hacerlo.

Así mismo, si un ayuntamiento tiene cierto año un superávit (dinero que le sobra), deberá emplearlo así: la mitad se debe destinar para acelerar el pago de la deuda con entidades financieras (que ya dijimos que en todo se trata fundamentalmente de eso, pues la banca necesita más liquidez que negocio, que vale más millón en mano que ciento prestados). La otra mitad del superávit, sólo se podrá dedicar a lo que metafísicamente Montoro definió como "inversiones sostenibles". Que según él son aquellas que una vez hechas, no exigen mantenimiento.

Coja usted esa mosca por el rabo. ¿Es un concierto musical una inversión sostenible? ¿Qué inversión no exige tal vez un pelín de mantenimiento con el paso del tiempo? Como consecuencia de estas medidas desmedidas, la mayoría de las corporaciones locales están llegando a esta situación: Han reducido, u ocurrirá en breve, su deuda a cero y tienen superávits anuales de escándalo, porque sin personal y con restricciones para emplear el dinero sobrante del año anterior, no dan abasto a gastar.

Por causa de todo lo anterior, los ayuntamientos y diputaciones están en contra de la Ley Montoro. Todos ellos, incluidos los gobernados por el PP. Pero el Dúo Dinámico/Estático, Rajoy/Montoro, no les hace ni caso. Pues bien, ante esto, procede una huelga de un día (o unas horas, o unas manifestaciones convocadas por los alcaldes) de todos los ayuntamientos, diputaciones y cabildos.

Porque el mal que se le está causando a los españoles es inmenso: ¿Por qué seguir adelantando el pago de una deuda controlada? (Si hay superávit a pesar de la amortización de la deuda, no hay ningún problema). ¿Por qué no poder contratar empleados públicos si son necesarios, hay dinero y son puestos de trabajo multiplicativos?

¿Por qué no poder invertir millones de euros que sobran cada año, unos 7.000 millones en el conjunto del estado, con la cantidad de obras que si son necesarias y que hay que hacer, y con la de puestos de trabajo (o sea, de sustento) que generan?

Ante este panorama urge una huelga de corporaciones locales. Que además sería una buena y segunda moción de censura, que encima se ganaría.

Y si empieza el Ayuntamiento de Zamora, mejor.