Qué gran oportunidad perdió la empresa de la plaza de toros de Zamora. No entiendo la negación permanente de estos señores que no permiten al torero de la tierra, Alberto Durán, lucirse en el coso de nuestra ciudad. No entiendo ese afán por traer nombres, sin más, y no dar una oportunidad a un torero valiente, elegante y con ganas, con muchas ganas de triunfar, que está convenientemente preparado, física y mentalmente, para el asalto a los grandes ruedos. Sólo que Alberto no tiene ni el apellido ni el padrino que a otros abren puertas principales.

Es incomprensible esa negación porque sí, porque no figura en los carteles de las grandes ferias, porque no es una figura. Fue mejor el bochorno que a todos nos hizo pasar Francisco Rivera Ordoñez, me niego a llamarle Paquirri para no deslucir el nombre y el recuerdo de su padre. Para faenas semejantes no se necesita ni apellido ni padrino. Rivera vino a hacer caja porque tiene intención de retirarse y nada más. Ni valentía ni pundonor que es justo de lo que Alberto Durán va sobrado.

Muchos toreros del pasado y aún del presente precisaron de la confianza y de la oportunidad de alguien para demostrar su valía. Entonces, ¿a santo de qué se le niega constantemente a nuestro torero? Un diestro que ha recibido siempre la crítica favorable de los opinantes, aún de los más duros e intransigentes, un torero que cuando ha hecho acto de presencia en una plaza lo ha dado todo. Un torero al que se le niega sistemáticamente su entrada en la historia de la tauromaquia de la que yo quitaría algunos nombres, los justos.

Por voluntad, que no quede. Alberto no para de entrenarse, de tentar aquí y acullá, de intentar formar parte de unos carteles que se le resisten. Responsables: los empresarios, algunos empresarios, y los maestros, algunos diestros que si no les ponen de compañeros otros iguales no quieren saber nada, como si ellos hubieran nacido en la gloria, aunque ese compañero les deje en ridículo como vimos el día 29 en Zamora. Qué vergüenza.Si le dejan esos toros a nuestro Alberto, apueste lo que quiera a que sale por la puerta grande. Porque valor no le falta. Es, Alberto sin miedo. Y el miedo, yo diría que el pavor, es el que atenaza y bloquea a otros a los que les llueven las oportunidades.

Tengo mucha fe en el empresario de Zamora, el primero que hace cosas después de mucho tiempo. Pero lo que no me gusta como aficionada, como seguidora de Alberto Durán es su sistemática negativa a que participe en la feria de San Pedro. ¿Acaso lo ha visto torear? O es de los que se deja llevar por lo que algunos maledicentes y envidiosos puedan decir.