Cuando hace ya veintiún años dejé la secretaría general de Nuevas Generaciones del Partido Popular de Zamora terminé mi intervención ante el congreso de la organización diciéndoles al centenar de jóvenes allí concentrados: ¡Sed rebeldes, sed reivindicativos, sed vanguardia! De entre los que entonces aplaudieron y creyeron en aquellas palabras, solo una minoría han transitado por el camino de la política en algún momento durante estas dos décadas. De ellos, algunos han sido aquello que les pedí (quizás por eso pocos continúan), otros han ido por el camino de la comodidad del estatus una vez alcanzado, lo mullido del sillón y la placidez de dejarse llevar por la inercia de la corriente. Uno no siempre acierta al pronosticar o al elegir a quienes piensa que pueden ser los más adecuados en un momento o circunstancia.

No somos los zamoranos un ejemplo paradigmático de sociedad rebelde, reivindicativa y de vanguardia. Salvo no menos honrosas que muy escasas excepciones, no destacan los grandes zamoranos de los últimos siglos por tales cualidades. Sin embargo ese optimismo (ya saben, la cualidad del realista mal informado) en el que me gusta militar, me anima a querer ver brotes verdes en ciertos movimientos que se perciben socialmente. Son solo pequeños indicios, no una marea generalizada, pero el mayor de los fuegos puede nacer de la más pequeña de las chispas.

Es pronto para atreverse a postular que este sea, quizás por desesperado, el momento en el que empiece a caer el velo de la estupefacción que mantiene cegada a Zamora mientras se desangra, disipa o difumina. Llevo tiempo buscando el término que más adecuadamente defina nuestra situación como sociedad. Resignación está muy manido y ha podido servir durante tiempo, pero hoy en día creo que no hay otro que mejor nos vaya que "estupor" o "estupefacción", que define la RAE como "disminución de la actividad de las funciones intelectuales, acompañada de cierto aire o aspecto de asombro o de indiferencia".

Al contrario de lo que ocurre en el campo de batalla y en algunos momentos vórtice de la historia, nos hemos acostumbrado a que en primera fila de casi cualquier acto social esté la resistencia y no la vanguardia que, paradójicamente, hay que buscarla en filas más retrasadas o fuera del salón. Sin embargo últimamente surgen manifestaciones agitadoras de conciencias, valientes y sensatas, de cualificados zamoranos, con trayectorias pegadas al esfuerzo y al conocimiento de nuestra realidad socioeconómica.

El Zamora 10 promovido y patrocinado por Caja Rural o las intervenciones cada vez con menos ambages de los representantes empresariales como el presidente de la Cámara de Comercio hace unos días, trasladando un sentir generalizado entre sus asociados y cuestionando la "actividad" política e institucional, son incipientes pero importantes llamas. Y entre ellas me quedo con las crudas, descarnadas y justas palabras de José Luis Calvo Rosón, ex gerente de GAZA y premio de la Cámara de Comercio a toda una vida de dedicación empresarial. Palabras que ya se recogían el viernes en estas mismas páginas y cuya lectura recomiendo, en una intervención que terminó con la recomendación "sed creativos, sed rebeldes".

www.angel-macias.blogspot.com