las fiestas patronales de Zamora en torno a San Pedro hacen olvidar muchas veces que el 29 de junio la Iglesia celebra en una misma solemnidad a dos apóstoles: Pedro y Pablo. En un sermón para este día, san Agustín afirmaba: "no nos referimos a unos mártires desconocidos. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. Estos mártires, en su predicación, daban testimonio de lo que habían visto y, con un desinterés absoluto, dieron a conocer la verdad hasta morir por ella". Dos grandes figuras de la primera Iglesia, como señala el prefacio que se reza en la Misa del 29 de junio: "Pedro fue el primero en confesar la fe; Pablo, el maestro insigne que la interpretó". Ambos murieron mártires en Roma, y sendas basílicas a su nombre sirven para venerar sus cuerpos.