Comienzo con una cita de San Juan de la Cruz para este día del Corpus: la Eucaristía es "una cena que recrea y enamora". Hoy ha pasado a ser una ceremonia religiosa que cada día se entiende menos e interesa a menos personas. ¿Están de acuerdo? El discurso del pan de vida del evangelio de Juan puede ayudarnos. Como aquellos judíos, podemos preguntarnos: "¿cómo puede éste darnos a comer su carne?". Quizá a modo de tuits podremos explicar algo con la finalidad de hacernos pensar.

1. Ir a misa y dejar de comulgar? es sencillamente un absurdo, o ir a misa con el único fin de comulgar, sin ninguna referencia a lo que significa el sacramento, es un autoengaño. Alimentarse, comulgar identifica al cristiano con Jesús: "el que cree en mí, el que viene a mí". ¿O ser cristiano es otra cosa? 2. En las palabras de la consagración, "cuerpo" no significa cuerpo; "sangre" no significa sangre. No se trata del sacramento de la carne y de la sangre físicas de Cristo. Cuando Jesús dice: "esto es mi sangre, que se derrama", está diciendo que toda su vida está entregada a los demás. ¿Estás dispuesto a esto? 3. La eucaristía no la celebra el sacerdote, sino la comunidad. Sólo la comunidad puede hacer presente el don de sí mismo que Jesús significó en la última cena. Es el sacramento del amor. No puede haber signo de amor en ausencia del otro. Por eso dice: "donde dos o más estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".

4. La comunión no es un premio para los buenos "que están en gracia", sino un remedio para los desgraciados que necesitamos descubrir el amor gratuito de Dios. Cuando más necesitamos el signo del amor de Dios es cuando nos sentimos separados de Él. Hemos llegado al absurdo de dejar de comulgar cuando más lo necesitábamos. ¿Te dice algo esto, a ti? 5. Jesús en la Eucaristía se nos da como don. Es éste el significado que yo tengo que descubrir en mi vida. La Eucaristía no es un producto más de consumo que me proporciona seguridades. No se puede salir de misa como si no hubiera pasado nada. Si la celebración no cambia mi vida en nada, es que la he reducido a simple rito folclórico. 6. "Haced esto". Jesús quiso decir que recordáramos el significado de lo que acaba de hacer. Esto soy yo que me parto y me reparto. Entregad la propia vida a los demás como he hecho yo. Los sacramentos ni son milagros ni son magia. Se produce un sacramento cuando el signo (algo que entra por los sentidos) nos conecta con una realidad trascendente que no podemos ver ni oír ni tocar, pero que nos compromete en la vida por y para los demás. Como Jesús.