Corpus Christi es sinónimo de caridad, porque no hay amor más grande que el de Dios hecho realidad en Jesucristo, muerto en la cruz para la salvación de todos, resucitado y presente en el sacramento de la eucaristía, escondido en el pan y el vino. Por ello la Iglesia en España celebra hoy también el Día de la Caridad. Porque cuando se pone en el centro de la atención -y del corazón- a Jesús, que hoy sale en procesión como Hostia en las custodias por las calles engalanadas, automáticamente sus predilectos pasan a ser los predilectos de sus seguidores. Y no son otros que los pobres. Por ello no se puede separar religión de compromiso, espiritualidad de justicia. Cáritas vuelve a llamar hoy a todas las puertas para seguir siendo Iglesia que ayuda, Iglesia que se mancha y se compromete, Iglesia que cumple su misión de dar (y ser) buena noticia.