Aunque navegando viento en popa a toda vela, como decía el otro día Maíllo a los suyos, vaya verano que le espera al PP. Van a estar deseando que llegue agosto, aunque ello solo signifique una tregua, tanto del juicio de Gurtell, como de la comisión de investigación creada en el Congreso con los votos de PSOE, Podemos y C´s sobre el caso Bárcenas. Todo se le junta a Rajoy que tendrá que cerrar las declaraciones de la vista judicial en marcha personalmente e iniciar con su declaración las investigaciones que van a llevar a cabo los parlamentarios. Ahora, y para abrir boca, la moción de censura de Podemos que solo servirá para montar diversos shows y para fracasar rotundamente de la misma manera que fracasó e hizo el ridículo la moción contra Cifuentes. Pero que irrita.

Así que no es de extrañar, ni mucho menos, que desde el PP se acuse a la oposición de pretender instruir una causa general contra su partido, acosando desde todos los flancos, aunque ciertamente no es la primera vez que los conservadores manejan tal argumento. Lo mismo que el de llamar inquisidores a quienes les acusan.Y por supuesto, acudir a los tribunales. Porque si bien, aseguran, están dispuestos a colaborar en todo lo referido a la presunta financiación ilegal que se pretende desentrañar en el Congreso, exigen para ello unos limites temporales y de ámbito habituales en asuntos semejantes pero a lo que se niegan los miembros de la comisión, que quieren entrar a saco en la corrupción. Algo de lo que tampoco están exentos otros, como el PP se ha encargado de recordar a través de todo lo ocurrido en Andalucía, dos de cuyos presidentes anteriores, Chaves y Griñan habrán se sentarse en el banquillo por el escándalo de los ERE, o como Podemos, cuya financiación siempre se ha presumido supuestamente sospechosa, por su procedencia. Pero por el momento todo está dispuesto para la moción de censura y para que la comisión arranque, con Bárcenas como compareciente principal. El ex tesorero, que recibió el mensaje de Rajoy animándole a ser fuerte cuando metieron al antiguo dirigente entre rejas, y que hizo públicos los sobres y los sobresueldos y se cansó a amenazar al Gobierno y al que había sido su partido con papeles secretos y bien ocultos, evidencia haber cambiado su discurso, ahora encaminado, más parece, a salvar al PP y por tanto a salvarse a si mismo y salir lo mejor librado que pueda.

Un embrollo, todo ello, que va a tener pendiente en todas estas próximas semanas al personal en general y a la clase política en particular. Por si fuera poco, en Castilla y León se creará también, finalmente, en las Cortes regionales, la comisión que investigará las actuaciones pasadas de las cajas de ahorro de la comunidad, cuando en sus órganos de dirección abundaban políticos de diverso pelaje, y ya se sabe como acabó aquello, como el rosario de la aurora, poniéndose orden a base de dinero público. A ver si al menos todo esto sirve para algo y no queda simplemente en remover una vez más el lodazal de una corrupción con la que hay que acabar a base de firme voluntad de regeneración total. La foto del verano va a ser la de Rajoy acudiendo a declarar como testigo en el juicio de la Gürtel.