Cada día nos llegan numerosas noticias en los medios sobre situaciones de conflicto, atentados, crisis, muerte, dolor? Nos llegan muchas noticias y muchas de ellas son negativas. Esto forma parte de la realidad, son cosas concretas de nuestro mundo y muchas de ellas suceden a nuestro lado. Pero esto supone para nosotros hoy un reto, el de vivir con esperanza, porque la esperanza está por encima de cualquier dificultad. Pues la esperanza del que cree está por encima de cualquier dificultad.

Las personas en su vida tienen muchas esperanzas, ya sean grandes o pequeñas, cada cual de una forma, que nos mantienen en el camino, como esperar que vamos a aprobar un examen, que vas a pasarlo bien con tus amigos, esperar ser mejor persona? A veces hacemos de pequeñas esperanzas lo único y más importante, pero cuando las vemos cumplidas, comprobamos que no lo eran todo. El hombre necesita pensar en el futuro y soñar en las cosas concretas, pero hay una esperanza que va más allá. Esta gran esperanza del hombre solo es Dios, que abraza a cada persona y abraza al universo con su amor para que podamos alcanzar lo que por nosotros solos no podemos: la salvación. La esperanza cristiana no es en cualquier dios, sino en el Dios que tiene rostro humano y que nos ama; esto es para los cristianos impulso de esperanza. Así nuestra esperanza no quedará defraudada, "porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado" (Rm 5,5).

Tenemos que construir entre todos una "generación E", generación esperanzada. Una generación de soñadores comprometidos que piensan que un mundo mejor es posible y que se comprometen a construirlo, un mundo en el que se valore a las personas por encima de la forma de pensar, una sociedad que está a favor de los demás, de ayudar a los que sufren, para construir un mundo más humano que brille por el amor, la justicia y la paz.