Vuelve a estar Zamora en los medios nacionales, creando polémica con su cartel de la feria del libro. Un cartel creativo, original, metafórico, estético, seguramente el mejor anuncio que ha tenido nunca la celebración, y que muestra las páginas de un libro abierto como alas adosadas a un cuerpo femenino del que se aprecia el trasero aunque ligeramente tapado por pudorosas manos. Opinión que coincide con la que ha expuesto publica y reiteradamente, con toda la razón, por el presidente del gremio de libreros, Luis González, que como la mayoría no entiende la absurda discusión creada.

Pero era de esperar, sabiendo como son y como están las cosas en este país desmedido y pendular donde los radicalismos, por un lado, y la corrección política por el otro, imponen sus normas pretendiendo hacer tragar sus ruedas de molino a los demás, El cartel del culo, así, fue rápidamente replicado y tomado como una ofensa sexista y machista contra la mujer, contra su codificación, dijeron las feministas zamoranas de Podemos y de toda España, consiguientemente. En eso se ha convertido el partido de Iglesias: en un recogedero de colectivos minoritarios y extremistas al máximo, que mas que dar votos a Podemos se los quitan, limitando sus posibilidades si es que le restan algunas pese a sus mociones de censura y sus soeces espectáculos en el Congreso. Que pena de partido, en realidad, que pudo ser algo, que pudo ser el cambio, y por su torpe estrategia ha marcado ya su techo.

Lo que pasa es que aunque IU haya formado coalición con los de Iglesias, los de IU de Zamora, que siempre rechazaron esa forzada unión, que para nada ha servido como demostraron los resultados electorales de hace un año, no son tan proclives en absoluto, y en buena hora, a los moldes tibios de la corrección política. Y ahí ha surgido la figura de la concejala de Cultura del Ayuntamiento de la capital, gobernado por IU-PSOE, que no ha dudado en poner las peras a cuarto y dar un zasca a las feministas de Podemos, empezando por llamarlas pseudofeministas y comparándolas con las integristas religiosas en ejercicio hipócrita de neopuritanismo. No se ha andado por las ramas Maria Eugenia Cabezas, que está llevando muy bien su área, por cierto, calificando de nueva policía de la moral a quienes utilizan planteamientos como estos, ha declarado, que llegan a extremos absolutamente delirantes, provocando una especie de paranoia social con su feminismo oficial y políticamente correcto.

El pensamiento de la edil local, apoyado por todo su grupo, resulta sensible y lúcido, pues estima que estas posturas perjudican precisamente y de formas grave sinceros objetivos feministas. Ademas, resulta ridículo, lo ha dicho el autor del cartel, pensar que como aseguran las acusadoras se haya colocado un culo de mujer en el anuncio para incrementar las ventas. Eso sí, lo de este año, su polémica, va a servir para animar el cotarro, para recordar la feria que se se celebra, y para que se vendan más libros que es lo que importa en una sociedad que como la misma polémica demuestra tanto necesita de la cultura, de la lectura, del pluralismo y del arte. Con o sin trasero de mujer.