En mis frecuentes paseos por la calle de Santa Clara, casi todos los días, tengo la suerte de encontrarme con una persona que suele saludarme muy sonriente. Hoy le pregunté, porque me parecía a mí que era su cumpleaños en el mes de abril, y me contestó muy satisfecho: "Sí, el día 16 cumplí ciento dos años". Después de felicitarle con gran alegría por su afirmación, intercambiamos algunas frases que me causaron perplejidad por la clarividencia de las expresiones de mi amigo centenario.

Gaspar Domínguez fue funcionario municipal, ejerció como oficial administrativo en la Secretaría del Ayuntamiento. Fuimos, por tanto, compañeros allá por los años sesenta y setenta. Bien es verdad que él se jubiló hace más de treinta y cinco años, yo, por razón de la diferencia de edad, me jubilé quince años después. Recuerdo que Gaspar accedió a la plaza de administrativo procedente de la Junta Clasificadora de Destinos Civiles. Él había sido Oficial en el Ejército y a través de aquel Organismo pasó a ser funcionario municipal.

Cuando en el Congreso de Personas Mayores, celebrado recientemente en Vigo, el doctor Miguel Ángel Vázquez comentaba que llegar a ser centenario ya no era noticia importante, pensaba yo que lo importante es llegar a esa edad conservando la plenitud de facultades físicas y mentales, porque ser centenario y autosuficiente para realizar las funciones que nos impone una vida de calidad satisfactoria, ya es para considerarlo noticia de interés.

Según los datos aportados en el Congreso de Conjupes, la población centenaria que hay en la actualidad, de 16.460 personas, puede llegar a 222.104 dentro de cincuenta años. Sin ir tan lejos en el tiempo, dentro de quince años residirán en España 11,7 millones de personas mayores de 64 años, o sea tres millones más de las que hay en la actualidad.

El Instituto Nacional de Estadística calcula que el porcentaje de población de sesenta y cinco años o más, que actualmente se sitúa en el 18,7 % del total de la población, pasaría a ser del 25,6 % en el 2031, es decir que para dentro de quince años, una de cada cuatro personas tendrá más de sesenta y cinco años.

La alegría de vivir siempre será deseable mientras haya calidad de vida.