Tengo que decirles que no sabemos "vender el producto". La Resurrección para muchos cristianos sigue siendo algo tan inverosímil que nos seguimos quedando en el Viernes Santo. Pero, por paradójico que sea, aquellos primeros discípulos, como se presenta en el evangelio Tomás, vivieron algo tan extraordinario que fruto de la experiencia pascual ese "producto" ha revolucionado el mundo: ¡Jesús sigue vivo entre nosotros!

"Todos lo abandonaron y huyeron". Eso fue lo más lógico, desde el punto de vista histórico y teológico. La muerte de Jesús en la cruz traía consigo precisamente ese efecto demoledor para sus seguidores. Seguramente lo dieron todo por perdido y escaparon para no correr la misma suerte. La mayoría de ellos eran galileos, y se fueron a su tierra a toda prisa. Seguro que el domingo por la mañana, aún no habían dejado de correr.

Nosotros hubiésemos hecho lo mismo. Sin embargo, la idea de Resurrección es el marco más adecuado para explicar la vivencia de los seguidores de Jesús. En ninguna parte de los escritos del Nuevo Testamento se narra el hecho de la Resurrección. La Resurrección no puede ser un fenómeno constatable empíricamente. La experiencia pascual sí fue un hecho histórico. ¿Cómo llegaron los primeros cristianos a esa experiencia? No lo sabemos. En los relatos se manifiesta el intento de comunicar a los demás esa vivencia, que está fuera del tiempo y el espacio. Fueron elaborando unos relatos que intentan provocar en los demás lo que ellos estaban viviendo. Para ello no tuvieron más remedio que encuadrarlos en el tiempo y el espacio que por sí no tenía. Los signos de su amor que narra hoy Juan (las manos y el costado) evidencian que es el mismo que murió en la cruz. No hay lugar para el miedo a la muerte. La verdadera vida nadie puedo quitársela a Jesús ni se la quitará a ellos. La permanencia de las señales indica la permanencia de su amor. La comunidad tiene la experiencia de que Jesús comunica vida.

Sin experiencia pascual, no hay cristiano posible. Puedes reflexionar y orar de la siguiente manera: si no vivimos lo que vivió Jesús, no lo conocemos. Es necesario un proceso de interiorización de lo aprendido sobre Jesús. El difícil paso que dieron los discípulos de Jesús, del conocimiento externo y sensorial a la experiencia viva, es el paso que tengo que dar yo: del conocimiento teórico de Jesús a la vivencia interna de que me está comunicando su misma vida. Recuerda estas palabras del papa Francisco: "la alegría del Evangelio llena la vida de las personas que se encuentran con Jesús" ("Evangelii gaudium", 1). Este es el mejor marketing posible.