Más de una vez se ha llevado a cabo un atentado valiéndose de un camión de gran tonelaje y precisamente en países nada descuidados en materia de seguridad (Francia y Suecia). No recuerdo nada del primero de ellos hasta su entrada en la gran avenida donde el suceso ocurrió. En cambio del suceso en Suecia sí sabemos que el camión utilizado fue robado por la mañana del día en que el atentado sucedió a las tres de la tarde. En ambos casos, como en otras muchas ocasiones, una vez ocurridos los sucesos, las Autoridades y otras importantes Instituciones se han volcado en actividades para enmendar los "desperfectos" de lo ocurrido y prevenir todo lo posible para que no vuelva a suceder un atentado parecido. Esto último ha sido tan copiado por muchos países que resulta encomiable: Ahora mismo se halla prohibido que los camiones de gran tonelaje penetren en el centro de muchas capitales europeas, entre ellas la capital del reino de España y otras ciudades de nuestra patria.

Sin embargo, tampoco en Estocolmo se supo nada sobre el camión utilizado en el suce-so hasta que éste ocurrió, a pesar de que había sido robado por la mañana. Aquí es donde se advierte, una vez más, que la previsión no se tiene en cuenta en el gobierno de los pueblos. Y es muy interesante que la previsión preceda a casos como el de Estocolmo. Hay que comenzar por darle mayor importancia a lo que significa la propiedad privada. Hoy día se abandona la ayuda a que no se viole de la manera que se está vulnerando el derecho a la propiedad privada que deben tener todos y cada uno de los ciudadanos de un país. Debe darse una importancia extraordinaria a que un ciudadano no vea que se le priva de sus posesiones, en especial la de aquellos objetos que suponen su útil de trabajo, del que depende su propio bienestar. Pero mucho más cuando se trate de un utensilio que puede servir para que se lo utilice de forma muy peligrosa para la general convivencia. Estoy convencido de que si se produce un robo en un comercio que se dedica a vender armas, el suceso es digno de tal publicidad que es objeto de todos los medios de comunicación, públicos y privados. Pues eso mismo ha ocurrido con los camiones de gran tonelaje después del suceso de Estocolmo: se los ha considerado como una poderosa arma de guerra, que ha de someterse a vigilancia extrema. Ya no se los echa en olvido como tales, igual que ocurrió después de lo sucedido en Niza.

Sin duda se arbitrarán muchas medidas, que a mí no se me ocurren. Muchas mentes, aplicadas a este asunto, encontrarán medios que ayuden a evitar que ocurran hechos como los de Niza, Estocolmo, Londres, etc. Yo quiero fijarme en el valor que tiene la información, que ha faltado en todos estos casos, especialmente el de Estocolmo. (Hay otros casos de trascendencia internacional, también muy de actualidad. Se ha producido un escándalo impresionan-te por el ataque llevado a cabo en Siria por el presidente Trump. Creo que muchos no supimos el motivo de esta operación: el ejército sirio había atacado a la población civil, utilizando un medio prohibido internacionalmente, como son las armas químicas. Tal vez hubieran ocurrido las cosas de otra manera, si se hubieran organizado todas estas manifestaciones para protestar contra la actuación siria, en lugar de dirigirlas contra la actuación norteamericana). Por todas esas consideraciones yo he pensado que el procedimiento, por ejemplo en el caso de Estocol-mo, debió ser el siguiente: Conocido el robo del camión, utilizar todos los medios para que, por lo menos en todo el territorio sueco, todos y cada uno de los ciudadanos pudieran conocer el robo con todas las características del camión robado, para que todos estuvieran al corriente y pusieran los medios para que a nadie pudiera alcanzar un camión de las características del que había sido robado. ¿Qué es difícil conseguir esa difusión? Sin duda alguna: tan difícil como la conseguida después del suceso; y se consiguió. Pero, tal vez, desde que fue robado hasta que procedió al atropello, alguien podía haber detectado el camión y haberlo retenido fuera de la posesión del asesino que procedió al atentado. Desde luego ya el autor del atentado habría pensado que no era fácil recorrer la ciudad con aquel camión sin que nadie sospechara del mismo. Hay que evitar que la falta de información mantenga a los ciudadanos en la ignorancia de lo que pueda pasar, hasta que un atentado se lleve a personas muertas y heridas.