Antaño, cuando el Gobierno de la nación era ostentado por el PSOE asistíamos todos los años al curioso y reiterado espectáculo de contemplar como la oposición, ejercida entonces por el PP, condenaba sin paliativos, por escasas, las cantidades destinadas a la provincia de Zamora. En realidad, el show se solía producir a finales de año pero en esta ocasión, como se sabe, los presupuestos generales del Estado van muy retrasados aunque se espera que sean aprobados el mes próximo, para lo cual Rajoy parece que se ha buscado ya a los apoyos necesarios, al precio que sea.

La cosa se continuaba, en la misma época, cuando el PP siempre gobernando la región y con mayorías absolutas, salvo en la actual legislatura agarrada por los pelos, daba a conocer sus previsiones de cuentas para el ejercicio venidero, pues a la sazón eran los socialistas, quienes formaban el principal por no decir el único grupo opositor, los que se volcaban en las más duras criticas acerca de las necesidades y precariedades de Zamora que la Junta de Castilla y León para nada atendía.

Como quiera que ya hace seis años que el PP es el que manda aquí y en el país, el numerito de los presupuestos, carece ya de doble cara y doble vertiente, pero aunque hay una oposición más densa y variada con el PSOE a la cabeza, parece que el conformismo es la única o casi la única respuesta a las decisiones gubernamentales, y eso que actualmente Rajoy solo consigue la mayoría de sus proyectos a base de hilvanar caras chapuzas. Lo mismo que pasa en la comunidad, poco más o menos, donde un solo voto, el del presidente Herrera, deshace la igualdad de las urnas.

Sea como fuere, y aunque el espectáculo se eche de menos, lo cierto es que desde entonces, en los últimos tiempos parece haberse agudizado el mal trato de todos, del Gobierno y de la Junta, y eso que un zamorano, Maíllo, figura en la cúpula del PP a nivel nacional. Es explicable, por cuanto Zamora como todo el conjunto castellano-leonés, come en la mano de la derecha, desde siempre, por lo que es una provincia carente de interés electoral pues siempre seguirá votando a los mismos. Aunque haya excepciones, como la que dio la alcaldía de Zamora a un alcalde de IU.

El caso es que el Gobierno le ha recortado a Castilla y León casi 500 millones de euros respecto al año pasado, rondando el total cerca de los 1000 millones, pero lejos de otras regiones mas favorecidas como la indómita Cataluña, por supuesto. También Canarias se llevará mucho más gracias a apoyar al PP en la aprobación de los presupuestos. En cuanto a Zamora es que prácticamente no viene nada y aun así es un 11 por ciento menos que en 2016. Una vez más, casi todo - 257 de los 289 totales - se invierte en el AVE a Galicia, que es una obra pública nacional, aunque pase por la provincia. Ni se iniciará la autovía con Portugal, que tardará todavía años en empezarse, ni habrá dinero para rehabilitar las murallas de la ciudad, uno de los empeños municipales, por lo cual el alcalde ha protestado vivamente y con razón, sobre todo teniendo en cuenta que para otros sitios sí hay esa dotación. Aquí, migajas y escasas.