No resulta menos curiosa que obscena, la inusitada rapidez con la que los senadores del PP de Zamora corrieron a hacerse la foto con el ministro de Fomento apenas unas horas después de que conociéramos el viaje a ninguna parte al que una vez más siguen condenando los Presupuestos Generales del Estado a la provincia de Zamora.

Es cierto que queda tiempo para la inclusión en trámite parlamentario, de alguna enmienda de menor cuantía que maquille, al menos un poco, la virtual desaparición de nuestra provincia en la guía rectora de las inversiones para el presente año. Pero no es menos cierto que, a día de hoy, la inversión es porcentualmente cero una vez restada la partida para la Alta Velocidad hacia Galicia; siendo esta una inversión de carácter no eminentemente provincial sino nacional y que tampoco sirve por cuantía para recortar el sustancial retraso que acumula la ejecución de la obra por falta de financiación gubernamental (en contra incluso de lo fijado en los contratos).

Claro que si obscena resulta la precipitada foto con el ministro que coincidió de presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias cuando Martínez-Maíllo era vicepresidente, insultante resulta la ingeniería interpretativa desplegada para acompañar la foto de la rueda de prensa en la que el ex alcalde de Morales del Vino y hoy diputado, como Maíllo, nos dice que somos unos privilegiados, pues (AVE a Galicia incluido), somos la provincia que más inversión "per capita" recibe.

Igual que de cada cliché fotográfico "en negativo", nos entregaban una foto "en positivo" cuando todavía (fue ayer pero parecen cien años) la fotografía dependía del revelado, vamos a tener que prepararnos para que por cada acontecimiento político negativo para Zamora nos revelen una foto en positivo los políticos de este PP zamorano solo mantenido a mayor gloria de su coordinador nacional.

El mensaje es claro y evidente, en la mejor línea de actuación del expresidente de la Diputación Provincial, no esperemos carreras a tiempo para utilizar la influencia y la presión en conseguir lo que Zamora, desangrada, necesita. Tendremos, sin embargo, fotos que dirán lo contrario de lo que la realidad muestra. Porque ese es nuestro sino, para nuestra provincia la realidad política, económica y demográfica son el negativo y el trampantojo, la simulación y la apariencia, el positivo.

Y mientras tanto, entre nada menos que ocho esquelas, aparecía la del nonagenario Gregorio Arias, el que desde Pedralba de la Pradería (qué bonito nombre, por cierto) ostentó la cualidad de alcalde más duradero. Era un sanabrés de una pieza con el que coincidí en el mismo lado durante una dura batalla por la honradez y la dignidad. Se mantuvo firme frente a las presiones y cánticos de sirena que le hicieron llegar quienes una vez más querían jugar con cartas marcadas en beneficio propio y perjuicio para la provincia. Como por estar fuera de Zamora no pude homenajear su adiós con mi presencia, vayan estas letras para él y para todos quienes, presentes o ausentes, siguen tratando de hacer cosas por sus pueblos, sus gentes y nuestra provincia. D. E. P.

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