Detrás del empeño de ir a la busca de una opinión pública adormecida que sea capaz de dar nuevos bríos a la actuación urbanística, no se pueden pasar por alto unas formas mas transparentes por parte de las entidades oficiales a la hora de realizar su gestión. Y eso sería prioritario desde los primeros pasos que se tomen en cada actuación concreta. Hay una falta de coherencia que sorprende cuando uno intenta explicarse de cómo se ha intentado llegar a determinados objetivos saltándose por encima del sentido común y el respeto al buen proceder de la práctica urbanística. Ya me he referido a actuaciones en el entorno de la Catedral, que en principio deberían estar pensadas para orientar una evolución urbana apropiada, que protegiese el sentido de continuidad con la ciudad consolidada y que sin embargo se ha manipulado para conseguir objetivos con intereses concretos, que condenan a perpetuar su precaridad presente.Y siempre en estos trances, aparece la Comisión del Patrimonio, quien sanciona la gestación y desarrollo del caso y que se justifica por la vía de los hechos consumados.Y no vale que se acumulen preguntas y que la arquitectura no ayuda a desvelar. Porque la lectura del despropósito se debe hacer desde la realidad,que se hace presente en las formas de la ciudad. Para conjugar el enredo, se llama a figuras de primera línea de la arquitectura para sancionar resultados tan azarosos . Ahi están hechos históricos, lejanos como la obra de Las Claras, de Alejandro de la Sota, en que se permitió el uso de unos paneles acústicos en los balcones, una decisión impropia para una Comisión tan puntillosa con las estéticas, y con la utilización de un aplacado de sillería en un edificio residencial,cosa inédita en la ciudad. No conozco las razones de como al final se suprimieron paneles y balcones. Seguro que estuvieron esperando, para no dar el disgusto al arquitecto en vida. Otra actuación en que no sabes de quien ha partido la idea de ocultar la arquitectura del edificio del Consejo Consultivo detrás de una tapia, si fue por obra del arquitecto Campos Baeza o por exigencia de la Comisión.¿Desde cuando una arquitectura se oculta para que no se produzca el encontronazo entre estilos? La historia muestra todo lo contrario.Y además,para hacerlo legal se crea una normativa específica para la parcela edificada, que rompe con la normativa del Plan en esa zona de edificación residencial cerrada. Estos ejemplos dicen algo sobre el grado de suficiencia con que se han tomado decisiones que deberían haberse debido más al respeto de las normas que la ciudad ha ido formalizando en su desarrollo. La propia Comisión debería emprender una tarea ,que tuviese como objetivo poner de manifiesto criterios que se deberían observar en la redacción de proyectos ,situados en zonas con su propio carácter histórico.

Hay medidas que por su elementalidad son de aplicación inmediata, como los limites de altura de los alzados de edificaciones en el Plan, que no se sabe porque no se guardan, incluso se recogen en el Plan, cuando en la zona central de la ciudad, con el aporte de variados estilos, propios del momento de su ejecución es la única normativa que defiende la continuidad de sus formas. Es tal el grado de disparidades de alturas no reguladas, que hace sospechar de tratos de favoritismo o corruptelas que la ciudad acepta como propinas que da el poder. Y si nos atenemos a los fondos de edificación de estas zonas remodeladas del ensanche, en las que estos fondos no se perciben desde la calle, dan como resultado un panorama de pesadilla, la propia de una sociedad poco sujeta a los imperativos del orden y si a las conveniencias de algunos ciudadanos. Esta indisciplina viene de lejos. A principios del siglo XX, se pretendió hacer el parque de la ciudad en la actual avenida de las Tres Cruces. Se señalaron las alineaciones, pero las sucesivas edificaciones que fueron haciéndose, se iban saltando las alineaciones proyectadas y que terminaron por frustrar el nuevo parque .

Entiendo que poner orden en este batiburrillo es complicado porque da la impresión que el Plan está concebido para simplificar la gestión diaria evitando reparcelaciones, estudios de detalle etc,tratando de simplificar los problemas, aunque vaya en detrimento de un ajuste correcto de las edificaciones en la trama urbana. O también recurrir a integrar en el Plan el tratamiento urbanístico de detalle de la edificación singular y que se pretende esquivar de la normativa de la zona en que está enclavada .

Una muestra del poco aprecio del Plan respecto a las demandas de la ciudad, se percibe en el polígono actualmente edificado de las Huertas de San Pablo, en donde ya la Comisión ,consintió su edificabilidad en un área que era de cultivo y que sustentaba la visión histórica de la ciudad amurallada desde su orientación nordeste. El resultado visual compuesto por los bloques de vivienda, los equipamientos, etc, forman un totum revolutum, un verdadero mal ejemplo, en donde es patente la inoperancia del órgano rector de nuestro urbanismo.

Por eso, hasta que los círculos de opinión no se hagan conscientes y pongan freno con una visión anticipadora de las intenciones de los poderes fácticos de la ciudad, seguiremos escuchando la cantilena de que todo está en orden y de que la legalidad se cumple escrupulosamante.