Con fecha ya para las elecciones primarias, el 21 de mayo próximo, se encuentra el PSOE en plena campaña de sus candidatos, que empiezan a reemplazar el tono templado mantenido hasta ahora por un talante más agresivo y donde las buenas formas que se mantienen no pueden ocultar sin embargo las distancias y los agravios, y en ese sentido se explayan todos, tanto la oficialista Susana Díaz pisando fuerte, sostenida por el aparato del partido, como el aspirante sostenido por las bases, el ex secretario general Pedro Sánchez, y Patxi López, el tercero en discordia, que va por libre, que seguramente sea el mejor candidato posible, pero al que las encuestas niegan cualquier posibilidad, si bien no deja de jugarse con una entente final entre Sánchez y López que ambos niegan con rotundidad.

Al parecer, los sondeos que se manejan, incluidos los internos, han cambiado y dan la victoria, aunque por escasa diferencia, a la presidenta de Andalucía. Ha habido un vuelco, pues las encuestas anteriores otorgaban a Sánchez los laureles de claro ganador. Y es que el peso de la Gestora y de los barones socialistas, se ha hecho notar a favor de la andaluza. Por la cuenta que les tiene, claro, que no es otra que la misma que les hizo participar en la conspiración y defenestración contra el antiguo líder y ex candidato del PSOE a la presidenta del Gobierno de la nación: sus privilegiados puestos estaban en peligro como lo seguirán estando si la militancia vota a Sánchez. Lo que menos les interesa a todos ellos, en Asturias, Extremadura, o Castilla-La Mancha, es la vuelta del antiguo secretario general con el no a Rajoy lo que obligaría a nuevas elecciones, que temen como al fuego. Ninguno de estos presidentes autonómicos tiene mayoría absoluta, gobiernan gracias a Podemos o IU, y aspiran a mantenerse en sus cargos los dos años que restan para el retorno a las urnas. Así que todos son hombres de Díaz, y con poder para arrastrar a los suyos, como se acaba de ver en Zamora donde ha habido ya movimientos oportunistas de posiciones y eso que se trata de una de las provincias con mayor apoyo a Sánchez.

Por su parte, la presidenta de Andalucía ya ha aclarado que si gana está más que preparada para compatiblizar la secretaría general del PSOE con su alto cargo regional actual. Paxti López ha sido muy concreto en su rápida réplica: el liderazgo exige dedicación absoluta, no a tiempo parcial, y mucho menos aun con el partido hundido y en reconstrucción. Nada más lógico y natural, pues Díaz puede convertirse en un parche presto a despegarse. Lo que no ocurriría con el candidato vasco, ni con Pedro Sánchez, cuyo optimismo y el de sus seguidores parece irse evaporando lentamente a medida que van encontrando obstáculos y más obstáculos de todo tipo, incluso administrativos, en el camino por parte de su partido y de todos los demás. Pero es que también la probabilidad de un pacto con Podemos, y todo lo que el partido de Iglesias representa en la actualidad, parece que puede haber contribuido a enfriar algo los ánimos de sus fieles adeptos que quieren un PSOE genuino, de izquierdas sin más ni menos. Faltan mensajes claros en ese y otros aspectos que hay que esperar que los candidatos desvelen.