Item más. Sobre la supresión del nombre de Carlos Pinilla en el callejero zamorano: en la soriana localidad de San Leonardo de Yague, su Ayuntamiento aprobó por mayoría mantener el nombre del lugar vinculado al destacado general franquista dada su condición de benefactor del pueblo que le vio nacer. PP, PSOE y C´s rubricaron el acuerdo y cuando la oposición recurrió a los tribunales de justicia, perdió, pues el juez estimó como válida la justificación utilizada.

Sobre el PSOE: todo parece indicar, cada día más, que Susana Díaz será la ganadora de las primarias, como sea y al precio que sea. La andaluza, una vividora de los sindicatos y la política, cuenta con el apoyo de los dirigentes autonómicos socialistas que ven peligrar sus cargos regionales si venciese el antiguo secretario general. Con Díaz el apoyo del PP está garantizado y todo seguirá igual. Como gane Sanchez, son capaces de reunir a la gestora y volverle a destituir.

Sobre el PP: mientras en Valladolid tomaba posesión Mañueco como presidente regional del partido ante un Maíllo eufórico y un Herrera con cara de circunstancias, en Logroño le fallaba al PP su atado y bien atado y se hacía con el cargo de presidente en Rioja no el candidato oficial, el designado por el aparato, sino quien iba por libre. Y es que las elecciones, a veces, originan sorpresas.

Sobre Podemos: siguen a la contra de todo, de lo que sea, mientras que en algunas de sus corrientes internas en las comunidades empiezan a notárseles mucho las grietas. No basta con montar un show cada semana en el Congreso, sino que apoyan a los matones que agredieron a dos guardias civiles en Alsasua, se muestran a favor de reducir el delito de exaltación del terrorismo, no se pronuncian sobre esa especie de golpe de estado fallido en Venezuela, y defienden a la tal Casandra, condenada a un año de cárcel por hacer befa y mofa de las víctimas de ETA en la persona de Carrero Blanco.

Sobre Cassandra: eso es lo que se necesita, condenas ejemplares, para toda esa gente miserable o loca que puebla las redes sociales de internet predicando el odio y hasta la muerte de sus adversarios. Es una pobre resentida que deseó el fallecimiento de Cristina Cifuentes cuando la actual presidenta de Madrid sufrió un grave accidente de tráfico; que lamentó que no hubiese desgracias en los encierros de San Fermín; y que no se cansa de burlarse de los fallecidos a manos de los terroristas. Pero el estado está actuando y con gran eficacia contra los delitos de la era digital y los ciberdelincuentes.

Sobre las mentiras de los políticos: es algo con lo que ya se cuenta, con que todos mienten, de uno y otro lado, pero la semana pasada ha vuelto a poner de relieve las mentiras personales en sus currículos. La socialista que presentó el acto de Susana Díaz se otorgaba una titulación profesional de la que carecía, y lo mismo ocurre con la alcaldesa de Santander. La primera ha rectificado, se ha exculpado y se ha ido. Nada nuevo, pues se recuerdan muchos casos similares, desde un secretario de Estado del PP a una eurodiputada del PSOE, y lo mismo en todos los demás partidos.