no encuentro otra explicación. A no ser que estén movidos por el odio, por la animadversión más absoluta, por una especie de rencor enquistado, por el sectarismo de que tantas veces han hecho gala. Porque de otra manera no se explica que después de lo de la misa de la 2 de Televisión Española, y de los capellanes castrenses, las gentes de Podemos quieran empezar a realizar una especie de desamortización, como la infausta de Mendizábal que si en principio fue ciertamente ambiciosa y tuvo notables efectos recaudatorios e ideológicos, ya que avivó tanto el anticlericalismo como el antiliberalismo en España, fue un fracaso estrepitoso, desde el punto de vista estrictamente social. El pez grande volvió a comerse al pequeño. Y así continua la historia.

La, por el momento, última andanada, es gorda. En menos que canta un gallo, Podemos pretende iniciar los trámites judiciales para expropiar la Catedral de Zaragoza. No me creo lo que estoy escribiendo. Esta gente debe estar afectada por algún virus de origen desconocido que les lleva a cometer esas y otras tropelías que no les salen, porque si les salieran, aviados íbamos. Lo de esta gente no tiene nombre. Y hay quien defiende esos comportamientos. De expropiarse, la catedral de Zaragoza será historia en menos que canta un gallo. Lo mismo en su interior montan, eso que tanto del gusta a Irene Montero, una academia en la que se enseñe y se hable de sexo. A mí ya no me extraña nada, viniendo de quienes viene.

Pero que coños les ha hecho la catedral de Zaragoza, uno de los más importantes templos barrocos de España. Es que ya lo han intentado con las catedrales de Córdoba y Jaca, pero entre todos frenamos aquella pasada monumental. Me he sumado con orgullo y satisfacción a los movimientos que quieren impedir este nuevo atropello podemita. Hasta cuando esta gente va a seguir provocando. Echenique lo intentó en Jaca y le salió el tiro por la culata, los que ahora lo intentan en el corazón de Aragón, tienen que salir trasquilados. Hasta donde yo sé, la libertad de culto y la libertad religiosa son derechos consagrados en la Constitución. Venga de levantar Mezquitas y venga de expropiar catedrales como la Seo zaragozana.

Y el alcalde de Zaragoza sin enterarse de lo que vale un peine. Sin conocer la historia de los monumentos de su ciudad. La catedral del Salvador lleva 17 siglos, ¡se dice pronto!, consagrada al culto y es la referencia fundamental de los católicos de la diócesis zaragozana. Querer arrebatar la titularidad de la catedral del Salvador de Zaragoza a la Iglesia es un burdo intento de expropiación por motivos ideológicos y contra los derechos de los creyentes. Es que no les hemos hecho nada para que se estén empleando tan a fondo contra los católicos. Qué quieren, ¿devolvernos a las catacumbas?

Ya les vale a esta gente colocada donde está mediante urna y a la que si los aragoneses, pueblo religioso y valiente donde lo haya, así lo quieren, pueden desbancar en las próximas elecciones y mandarlos a hacer puñetas para siempre. Ni siquiera a la oposición, donde van a dormitar, bostezar y estirarse con posturas que más recuerdan a auténticos adanes que a procuradores y diputados, sino a la nada de donde nunca debieron salir, visto lo visto.