Pues va a ser que sí, que la bicefalia inmediata del PP en Castilla y León, con Herrera al frente de la Junta por dos años más, y el recién elegido Mañueco como presidente del partido en la región, puede convertirse en un soterrado o abierto campo de batalla con dos bandos bien definidos, lo que a fin de cuentas supondría una ruptura del PP en la comunidad, algo que Rajoy ha conseguido evitar en todos sus feudos autonómicos excepto por estos lares, tan afines a su partido por lo demás.

Y es que los efectos de la elección de Mañueco, que era lo que se esperaba dado que esa era la apuesta del aparato nacional del PP, han sido rápidos y rotundos, abriendo la caja de los truenos con la pataleta retardada de las declaraciones y acusaciones de la ex vicepresidenta de la Junta y ex alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, que tuvo que renunciar a su privilegiado cargo regional tras dar en un control de alcoholemia de la Guardia Civil el triple de la tasa permitida. Lo que originó una tremendista defensa pública de Herrera hacia quien era su mano derecha, arremetiendo aun sin pronunciar nombres contra el PP provincial zamorano e implícitamente contra su presidente, Maíllo, con quien nunca mantuvo ninguna empatía, pero quien ya era entonces el número tres de Rajoy, con lo que ello supone.

Valdeón, ahora, no se ha andado por las ramas y ha dado nombres, apellidos, y actuaciones que entiende que desde el PP de Zamora fueron dirigidos en su contra para acabar con su carrera política después del incidente en la carretera. Culpa directamente al actual coordinador general de haber filtrado la noticia a los medios y con falsedad. La acusación se extiende al subdelegado del Gobierno, al que considera un hombre de Maíllo. No solo eso, sino que cuenta como el presidente del PP zamorano, con motivo de una representación conmemorativa de los 200 años de las Diputaciones organizó un acto que resultó humillante para ella, con la que ya se mostraba abiertamente enfrentado.

Entiende que todo se debe también a la actitud critica que ha mantenido contra diversos cargos y actuaciones nacionales de su partido. Puede, pero la cosa viene de mas lejos, de cuando el presidente de la Junta la situó como alcaldesa de Zamora, un fallo de origen si se tiene en cuenta el vacío desolado que han supuesto sus ocho años de mandato al frente del Ayuntamiento de la capital. Tanto, que la alcaldía ha ido a parar a manos de IU. Buena comunicadora y relaciones públicas y protagonista en todas las fotos, aunque eso no suele ser suficiente, pero en su caso resulta que sí lo fue para ascender a la vicepresidencia de la Junta y con un prometedor futuro, roto por la misma Valdeón. Las dos cervezas que dice que tomó originaron el fin de su trayectoria política, no que el hecho se diese a conocer, y aun así continua aferrada al escaño de procuradora pese a las voces que se alzaron pidiendo su dimisión total. La exvicepresidenta de la Junta que sigue al lado de Herrera, ahora como asesora, ha apoyado a Silván, el candidato derrotado a la presidencia del PP regional, y su caída en desgracia se ha hecho ya definitiva.