Julián Sánchez García, nació en Santiz (Salamanca) el 31 de mayo de 1774, fue un guerrillero y militar muy conocido por su participación en la Guerra de la Independencia. Trabajó con sus padres en las faenas de labranza hasta que, a los diecinueve años, se incorporó al Regimiento de Infantería Mallorca luchando en la Guerra del Rosellón, donde fue herido y hecho prisionero, recobrando la libertad año y medio después.

Al estallar la Guerra de la Independencia, Julián se incorporó de nuevo al Ejército, alistándose en el Regimiento de Caballería en Ciudad Rodrigo. Desde el primer momento se empeñó en hacer las cosas a su manera, adoptando el traje y silla de caballista del campo charro en lugar del uniforme de ordenanza. A los cinco días de alistarse fue nombrado cabo, al mes sargento. En poco tiempo fue ascendiendo, hasta constituir la Brigada de Don Julián, denominación que le otorgó el ejercito a partir de 1810.

En Zamora, los propios regidores de la ciudad mantenían una estrecha relación con la partida de Julián Sánchez, informando de las operaciones del invasor francés, facilitando a los guerrilleros del "Charro" armas y municiones. En cierta ocasión les remitieron quinientos fusiles que habían logrado arrebatar a los franceses, y cuando los de la partida de Don Julián dijeron que necesitaban un cañón, los zamoranos, con gran riesgo, consiguieron sacar uno del castillo burlando a la gendarmería francesa y a los centinelas que custodiaban los alrededores, pasaron el cañón en un barco al otro lado del río proporcionándoselo a los del Brigadier Don Julián con añadidura de muchos arreos para las caballerías y ropas para los hombres.

Mientras en Zamora se sufría la opresión de las fuerzas invasoras, que se habían adueñado para convertir en cuarteles los conventos de San Jerónimo, San Francisco, San Benito y el Palacio Episcopal; Julián Sánchez con una brigada de trescientos lanceros hostigaba en la provincia de Zamora a las tropas del General Francois Etienne Kellermann que nunca pudo cogerles.

Había una canción de la época que decía: "Cuando Don Julián Sánchez monta a caballo/ se dicen los franceses ¡Viene el diablo! / Cuando Don Julián Sánchez monta a caballo/ dicen los españoles: ¡Vienen los Charros!".

En 1823, el brigadier Don Julián se enfrentará a los Cien mil hijos de San Luis, siendo apresado y confinado en Etreros (Segovia), donde falleció en 1832.