Si es verdad que Zamora es un enclave turístico de interior ideal, una ciudad y provincia con muchas posibilidades, un destino a tener en cuenta por nacionales y extranjeros, ¿cómo es posible que no terminemos de despegar? Tanta fe como se tenía en ese tren que iba a reducir considerablemente la distancia con la capital de España, y que poco efecto turístico ha tenido. Es porque algo no se está haciendo bien. Es que no todo es Intur y Fitur. Es que no todo son las "bolsas" de aquí y de allá. A lo mejor es que hay que pasar más tiempo en la teles nacionales, como está haciendo la plataforma que reivindica la memoria de Argusino, adormecida bajo las aguas del embalse que cubre todo un pueblo y su historia y sobre cuyas celebraciones está recayendo la atención de distintas cadenas de televisión y de nuestro periódico y su foro de opinión y debate, Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

No se están haciendo del todo bien las cosas. Hay que buscar nuevos cauces, nuevas salidas. Si los existentes no funcionan o no lo hacen de la forma exitosa que se persigue, hay que aventurarse, hay que innovar, hay que conseguir los objetivos fijados por otras vías. No es tan difícil. Si los responsables de la res turística dejaran de mirarse al ombligo y permitieran que los demás opinasen y pusiesen a su disposición ideas, cuántas de ellas la mar de buenas, mejor le iría a la res turística en Zamora. Y no que siempre se cuenta con los mismos, con los que persiguen el lucro, con los que van al negocio, a su negocio, con los que no tienen nada que aportar y sí mucho que conseguir.

Zamora tiene mucho más para ofrecer al visitante que el románico y la Semana Santa, que también. Pero es que todo no se puede circunscribir a diez días y luego, si te he visto no me acuerdo. Zamora tiene otras tradiciones y otras costumbres, además de la gastronomía y el paisaje, que están por explotar. También en el enoturismo está parte de la solución. Pero de forma organizada, no al desgaire. Y, cómo no, a través de las compras. Si el turismo de compras triunfó, y de qué manera, en las ciudades limítrofes del vecino Portugal. Si hay quien se coge el avión para visitar Harrod's en plenas rebajas, si hay quienes siguen la ruta de los grandes almacenes de inequívoco nombre, ¿por qué no potenciar las compras en Zamora?

Todavía nos quedan establecimientos señeros que muy bien podrían participar en esta fórmula. Aunque hemos perdido tantos, cuántos de ellos vinculados con la mejor artesanía, estoy recordando a Carmina Laguna, que no sé si esta fórmula del turismo de compras se podría llevar a cabo con una etiqueta absolutamente "made in Zamora". Da una pena los sábados ver cómo unos comercios abren y otros no. Los que no, suelen ser casi todos los nuestros, los de Zamora, los que sí, las franquicias que están a lo que están, a sacar tajada, a ganar dinero, que para eso alquilan los mejores locales comerciales en los emplazamientos mejores de la Zamora urbana.

Se podría intentar traer a Zamora un turismo de calidad, ahora que contamos con un buen número de establecimientos hoteleros, como uno de los motores de la actividad económica en Zamora. Y si la industria en verdad importante es la agroalimentaria, realizar 'tours' allá donde se levanten estas industrias. Para ello sería necesaria la colaboración de sus responsables. Hasta ahí no llego. Lo que hay que hacer es reescribir el modelo turístico zamorano que, hasta la fecha, no ha dado los resultados apetecidos o, por lo menos, apenas se han notado. Lo que sea, menos dejar que Zamora siga languideciendo a pasos agigantados.