El 23 de febrero es la conmemoración de san Policarpo de Esmirna, que nació en esa ciudad de la actual Turquía (entonces Asia Menor) en el siglo I. Según lo transmitido por otros padres de la Iglesia, el obispo Policarpo fue discípulo directo del apóstol san Juan y estuvo relacionado "con los demás que habían visto al Señor". También se escribió con san Ignacio de Antioquía. Hacia el año 160 viajó a Roma para encontrarse con el papa Aniceto y tratar sobre una discusión de los cristianos de su tiempo: la fecha de la Pascua, que en Occidente se celebraba siempre en domingo, y en Oriente el 14 del mes judío de Nisán. De sus diversas cartas sólo conservamos la que escribió a los Filipenses. Detenido durante la persecución de Marco Aurelio, el 23 de febrero del año 167 fue quemado vivo, pero milagrosamente no murió, y lo apuñalaron a continuación.