Hay muchas interpretaciones del cuento más corto o microrrelato de Augusto Monterroso, que se ha hecho famoso por su fuerza expresiva en tan pocas palabras. Pero a mí se me vino a la cabeza el pasado fin de semana, tras finalizar los congresos o asambleas de los dos grandes partidos -dicho lo de partidos sin acritud hacia nadie-, y después de que rebrotaran en Zamora los viejos casi eternos problemas.

Cuando despertamos de la fanfarria del congreso del Partido Popular con la que acallaron el ruido de los empresarios condenados por hacer "negocios" con éste, allí seguía impertérrito Rajoy debatiendo sobre si eran gaviota o charrán. Y al día siguiente mudos, sin responder ante la justicia.

Cuando despertamos del "sí se puede" de la asamblea o como quiera que se llame ahora de Podemos, en la que se debatía de nuevo la organización interna tras haber renunciado a tomar el cielo por asalto para volver su mirada a la tierra, allí seguía impertérrita la vieja derecha política ocupando ambos: cielo y tierra.

Cuando despertamos en Zamora, todavía estaba aquí el dinosaurio Maíllo, al que habíamos visto al lado del padre en la cúpula del poder, convertido en la mano derecha de Rajoy en el cielo y en la mano que mece la cuna en la tierra pobre de Zamora.

Y seguían aquí los grandes dinosaurios de la provincia: la despoblación, el paro, el envejecimiento de los zamoranos y la cada vez más vieja carretera de Porto, otra vez discutiendo si le beneficia su inclusión en el parque natural.

Y los pequeños dinosaurios del día a día en la ciudad, como las aceras de Cardenal Cisneros debatiéndose entre galgos o podencos, la imposible ubicación sin protestas de los más de doscientos puestos del mercadillo, la odiada aunque inevitable ORA?

Menos mal que frente a los dinosaurios del despertar, seguían también los portadores de sueños, como mi amigo Teo, el cura, y la pastoral de Aliste defendiendo que "los muertos que vos matáis/ gozan de buena salud" en la zona rural. Y hablando de salud, la Plataforma de la Sanidad estableciendo una red de organizaciones comarcales sin necesidad de sesudos informes y estudios, sólo teniendo en cuenta la necesidad del pueblo. De los pueblos.

Y hablando del mundo rural vivo y de la necesidad de seguir luchando, un soñador que solo despertó para luchar contra los viejos miedos de los dinosaurios, Ángel Bariego, recibía el abrazo de los compañeros de luchas que demostraron que en Zamora "si que es pot" transformar un Cuartel en un Campus Universitario. Y más que es pot.

Un fin de semana en que algún dinosaurio fue precedido del anuncio de la vip de Gran Hermano, Aida Nízar; en que la corrupción del PP se camuflaba cambiando gaviotas por charranes; en el que el PSOE seguía buscando un dinosaurio o dinosauria como líder. Y en el que Izquierda Unida parecía que se había extinguido como los dinosaurios que poblaron la tierra, pero no estaba muerto, que no, que algunos estaban celebrando la revolución de octubre.

También un fin de semana en el que el pueblo se despertó para llorar a uno de los suyos, Bariego. Y para tomar conciencia de que no hay que dormirse, pero hay que seguir soñando para que al despertar, el dinosaurio no esté allí, o ¡mucho mejor! que se haya transformado en un Campus Universitario.

Y que si está, ya sea de ese pueblo que dicen que está muerto como la zona rural? pero está vivo. Dicen que está dormido? pero sigue soñando.