Aunque se presentaba como único candidato y sin rival al congreso de su partido y aunque todo estaba dispuesto de antemano para la escenificación y el apoteosis, la euforia y el optimismo de Rajoy han llamado la atención, por exageradas, lo mismo que sus declaraciones, en claro contraste con la realidad que le circunda y circunda al país. Puro voluntarismo, cinismo, o propaganda sin base o con una base muy débil en cualquier caso. Se comprende, tras todo lo que el hombre tuvo que pasar el año pasado y de lo que se libró gracias a la desunión de las fuerzas de izquierda después que repetidamente los electores, en un 70 por ciento, optaran por el cambio que no fue posible.

Para Rajoy, según tiene dicho, el limitar el tiempo en los cargos no tiene sentido, pues debe ser una cosa así como voluntaria. El presidente quiere seguir estos cuatro años y otros cuatro años mas. Se le debería enviar a Estados Unidos a recibir lecciones de democracia. Y desde luego, que no ha habido pucherazo, y que contar los votos a mano alzada en menos de un minuto es posible y garantía de total fiabilidad, pese a que se dejase de grabar en ese momento. Eso sí, al partido solo le dedicará Rajoy los fines de semana, porque debe pensar que para qué mas cuando todo marcha tan bien. Lo mismo que la economía, por supuesto. Del paro, la corrupción, los independentistas catalanes en marcha, la deuda pública acumulada, la desigualdad social, y tantos y tantos problemas pendientes, ni palabra o apenas unas frases en el caso de Cataluña. La habitual versión triunfalista y exenta de cualquier crítica y del mínimo rigor. El PP todo parece fiarlo a que los demás partidos vayan peor, a que el destrozado PSOE continúe apoyandoles, a que Podemos siga infundiendo miedo, y a que al final haya que decidirse por lo menos malo de tan pobre oferta. Tengamos la fiesta en paz, o sea.

Lo que pasa es que mientras, fuera, en la calle, hay imputaciones y dimisiones en el Banco de España por el caso Bankia; la ex ministra Mato declara en el juicio del escándalo Gürtel, afirmando que ella no se había enterado de nada; en Murcia, el juez acusa de tres presuntos delitos de corrupción al presidente de aquella comunidad; Cataluña sigue adelante con su plan de secesión. Y desde Bruselas, la UE denuncia el incumplimiento de los objetivos de déficit por parte del Gobierno, lo que puede obligar a nuevos recortes pues tendrían que ahorrarse 4.000 millones más, o a renovadas subidas o creación de más impuestos, o las dos cosas, que es lo mas probable sabiendo como se las gasta Rajoy.

Aquí mismo, en Zamora, los datos económicos y sociales de los últimos cinco años demuestran la distancia existente entre la situación que pinta en colores el PP y la cruda realidad, pues en este tiempo y con la entrada en vigor de la reforma laboral resulta que se han perdido 3.000 cotizantes de la Seguridad Social, lo que supone un debilitamiento del mercado de trabajo, con las cifras de parados sean muy similares a las de 2012, pero mayor empleo en precario. Y lo que es peor: los salarios han disminuido desde entonces unos 500 euros anuales, según datos de Hacienda. Todo va bien, sí?Para los políticos.