H e tenido el privilegio y el honor de poder asistir, el pasado miércoles, al homenaje de despedida del hasta ahora Comisario Jefe de Zamora, Clemente Castaño Moreno. Más de 160 personas, procedentes de todas las ciudades donde el comisario Castaño ejerció su jefatura, arroparon a este salmantino de Ciudad Rodrigo que ingresó en el Cuerpo Nacional de Policía en 1972. El acto no pudo ser más entrañable, más emotivo y más multitudinario. Nadie quiso perderse la cita para testimoniar su afecto y su gratitud al hasta entonces Comisario Jefe.

En su mesa, junto a su esposa, todas las autoridades judiciales, civiles y militares, españolas y portuguesas que en estos años han compartido trabajo y experiencias con Clemente Castaño. También la práctica totalidad de comisarios de las distintas provincias de Castilla y León. Por cierto, resulta gratificante saber que el Comisario Jefe de Soria, Juan José Campesino, es zamorano. Y que zamorana de Villafáfila es la comisaria jefe de la Comisaría de León, María Marcos Salvador, una mujer encantadora y cercana, eficiente y eficaz, muy del estilo de lo que nos gusta a los ciudadanos. María Marcos comanda a cerca de 600 efectivos vinculados a la actividad policial.

La hoja de servicios de Clemente Castaño está repleta de importantes servicios, de éxitos policiales y de un trabajo ímprobo que, en lo que a Zamora respecta, se resume en una reducción drástica de la delincuencia cuyas tasas son las más bajas de Castilla y León. Un objetivo que se marcó en su toma de posesión y que ha cumplido con creces. El reconocimiento de autoridades y compañeros dejó patente la calidad y calidez del policía y compañero. En expresión de Manuel Javier Peña Echeverría, jefe Superior de Policía de Castilla y León, que le dedicó unas sentidas palabras, "un policía duro con el corazón blando". Un Policía que ha estado en permanente servicio durante 44 años, 2 meses y 26 días que, dicho así, parece una condena pero que, sin embargo, es el tiempo que el comisario Castaño se ha dedicado en cuerpo y alma a la actividad policial.

Su biografía profesional nos recuerda que ha sido jefe operativo de la Policía Nacional en Salamanca, ciudad en la que también desarrolló funciones de jefe de la Policía de Proximidad y de la Policía Judicial, además de haber ejercido como comisario jefe de Operaciones en Cáceres y adscrito a la comisaría de Gerona, dentro del Cuerpo de Investigación de la Brigada Judicial. "Ahora nosotros, somos sus cuidadores", le expresaron sus compañeros en el momento de la despedida que se ilustró con un interesante reportaje en imágenes de su vida policial y familiar.

Dignidad y lealtad son dos de las palabras que han presidido el trabajo del comisario Castaño: dignidad en el trato con los compañeros y también con los detenidos y lealtad a sus superiores, inferiores e iguales. La pena es que su paso por Zamora haya estado reducido por la cercanía de la jubilación, del paso a la actividad que en su caso nunca se verá desactivada por el ocio. De verdad que fue un placer comprobar el grado de camaradería y de unión de todos con todos, superiores, inferiores e iguales en rango. Hago mía una expresión que comparto plenamente y que bien define el paso de Clemente Castaño Moreno por la comisaria de Zamora. Porque, Clemente es "un policía que ha merecido la pena conocer".