Pero cuánto dan que hablar estas criaturas. Pablo e Íñigo no levantan cabeza en la política pero sí son noticia por sus diferencias que ya no ocultan ni en el mismísimo Parlamento. Cualquier lugar es aceptable para escenificar su crisis. En viéndoles de forma tan acalorada cabe pensar que la ruptura entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón es total. De nada les valen las constantes reprimendas de mamá Bescansa. Carolina no puede con ellos. Son dos divos. Iñigo acusa a Pablo de infantilismo y Pablo contesta que la cosa no es para tanto porque en el fondo, sólo que muy en el fondo, se quieren con locura, una locura que obnubila su razón y su sentido común.

El otro Pablo del círculo, el argentino Pablo Echenique, secretario de la Organización más desorganizada que ha dado la política en democracia, tampoco deja indiferente a sus correligionarios. Rita Maestre, la gran Rita, denuncia que se ha producido un "golpe de estado burocrático" por parte de este chico. El otrora militante de Ciudadanos-Partido por la Ciudadanía que un día decidió apostar por Podemos ha logrado cabrear a muchos compañeros propiciando el enfrentamiento entre corrientes. Porque el partido de Iglesias está al albur de tantas corrientes que corre el peligro de cogerse un resfriado de pronóstico reservado.

Los nervios y la tensión que recorren la espina dorsal de Podemos ante la inminencia de Vistalegre II, que de alegre va a tener muy poco, no se presiente si no que directamente se siente por los medios de comunicación, la sociedad, los otros partidos políticos y demás. A Iglesias se le está atragantando Errejón. Mejor le iría con el leño que abraza cuando puede y le dejan. El leño no discute, el leño aguanta lo que Pablo le eche y se deja querer en sus brazos. Aunque tengo para mí que con el leño no podrá ir muy lejos, ni siquiera a Vistatriste II. Para justificar el momento, Iglesias ha dicho que como no son holandeses sino españoles, gesticulan y en el gesto es donde les han pillado las cámaras. Esa gesticulación y más se produce un día sí y otro también, de ahí que no cuelen las justificaciones.

Errejón ha achacado la escena a que debaten con pasión y le ponen a todo mucha intensidad. No, si al final, tendrán que adoptar como himno la canción aquella de Manolo Tena: "Pasión gitana y sangre española cuando estoy contigo a solas. Pasión gitana y sangre española y el mundo en una caracola". Con un pequeño matiz, han abandonado la intimidad y ya no esconden su pasión en público. Entretenidos como están con sus cuitas descuidan su labor de oposición y sobre todo el necesario proyecto de partido y de país que en la actualidad no tienen. Lo mismo es mejor que no lo tengan, porque dado lo peregrino de sus ideas, podría pasar cualquier cosa. Con estos chicos es con los que míster "no es no" quiere pactar para hacer una España diferente. Los dos máximos referentes de Podemos y el desahuciado Pedro Sánchez unidos frente a Psoe, Podemos, PP, Ciudadanos, e incluso España. Si entre dos que piensan parecido la concordia es imposible, figúrese entre tres, siendo uno de ellos "no adscrito", por lo menos en teoría.

En el fondo y también en las formas, los tres, sobre todo los más jóvenes, son como niños y actúan, pataletas incluidas, como niños. Y sabido es lo que dice el refrán: "El que con niños se acuesta, amanece mojado".