Iba a ser templado y lluvioso, pero de momento tendremos que pertrecharnos para los rigores de un gélido invierno. Una ola de frío ha llegado a la península y cubre con un manto de nieve lugares que nadie recuerda. Casi la totalidad de la península está en alerta por frío extremo, nieve, viento o lluvia, Pero no hay mal que por bien no venga. Si hemos de atenernos al aforismo popular, será un año de bienes. De momento, antes de que la mies crezca en los campos y los acuíferos y embalses rebosen de agua, el Gobierno, con el apoyo del PSOE y C´s, ya publicó el Decreto Ley sobre la pobreza energética y ha pactado la aprobación de otro este viernes para la devolución del dinero cobrado por las abusivas cláusulas suelo. Tendremos que esperar a la implementación de los reglamentos para valorar su eficacia, pero en estos días el precio de la luz ya duplica la media de enero del año pasado y los bancos anuncian que no devolverán el dinero si entienden que el contrato no era opaco.

De todos modos, es alentador ver cómo el Parlamento por fin se ha puesto en marcha y al menos los partidos constitucionalistas adoptan acuerdos para intentar resolver nuestros problemas. Sin embargo, persiste una doble amenaza para la estabilidad política y la recuperación económica: el comportamiento de los grupos antisistema, de los populistas e independentistas que pueblan el Congreso, que como hijos descarriados o malcriados reniegan del país en el que nacieron y urden su ruina. "Un continente de mercaderes y de histriones, al acecho de este loco país, está esperando que vencido se hunda, sólo ante su destino", decía Cernuda.

Atrapado en la crisis de madurez, Podemos intenta saber qué es a golpe de tuit, dividido entre quienes apuestan por el centralismo democrático y la movilización callejera, y los que desean una mayor participación de las bases e influencia en las instituciones. Mientras Errejónquiere que Podemos sea una "fuerza de gobierno" que logre acuerdos frente a la derecha oligárquica, Iglesias teme que el trabajo parlamentario les haga olvidar el conflicto social, origen y catalizador de su existencia. "Las élites siempre quieren parlamentarizar los conflictos como una manera de desactivarlos", dice, reproduciendo las palabras de Lenin en La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo. Preocupada por el descrédito y la desilusión entre sus seguidores, la secretaria de Análisis y Programa, Carolina Bescansa, ha acusado a sus dos compañeros de debilitar a la formación con su debate de "ping-pong" previo al próximo congreso de Vistalegre. Pero lo que debilita a Podemos no es tanto la pluralidad de opiniones, como la falta de pragmatismo y espíritu constructivo que exhiben. Es fácil fraguar la unidad contra algo y señalar las culpas ajenas, pero no tanto ponerse de acuerdo para construir lo nuevo y asumir las propias.

Otro tanto les pasa a ERC y al PDeCAT, que reniegan de la nación y quieren dinamitar la democracia con su descrédito de la justicia y las instituciones, porque no se sienten a gusto en España y saben que la ley es fundamento y valladar de nuestros derechos políticos. Si hace un mes Homs replicaba el procesamiento por el TS asegurando que el Estado quería criminalizarlos y presentarlos como delincuentes, "cuando lo que hemos hecho es promover el ejercicio de la democracia", ayer Puigdemont no acudíaa la Conferencia de Presidentes, en la que entre otras cuestiones se iba a debatir la reforma de la financiación autonómica, porque le parecía "solo una puesta en escena", un paripé, y porque "Cataluña, como nación, se ha ganado el derecho de tener una relación bilateral con el Gobierno español". Un desprecio a la Constitución y a las leyes que prometió defender y avalan el cargo que ocupa, y una injuria a la democracia y a los derechos de los ciudadanos que formamos la nación española, de la que inevitablemente tanto él como todos los compatriotas catalanes son parte.