Muy agradable ha sido la sorpresa de zamoranos que al visitar el Museo Arqueológico de Madrid, en la calle Serrano, 13 de la capital de España han tenido ocasión de contemplar el famoso "Bote de Zamora", un valioso objeto de marfil, de la época de la dominación musulmana.

El Bote de Zamora estuvo expuesto cuando se celebraron Las Edades del Hombre en Zamora en el año 2001. La caja cilíndrica, de marfil con bisagra de plata, con preciosa decoración de pavos reales, gacelas y pájaros data del año 964. Con la denominación Bote de Zamora, está vinculado a los talleres de eboraria de Medina Azahara, y se dice que fue encargada por Al-Hakam II para su concubina Zoa, madre del príncipe Abd-al-Rahman, muerto prematuramente. Al-Hakam II sucedió en el califato después de la muerte de su padre Abd-al-Rahmam III, en 961. Se aseguró la paz con los católicos reinos del norte de Iberia e hizo uso de la estabilidad para desarrollar la agricultura mediante la construcción de obras de riego. El desarrollo económico también se fomentó a través de la ampliación de calles y construcción de mercados.

Su biblioteca personal era de enormes proporciones. Se habla de que tenía más de 600.000 libros. De especial importancia para Al-Hakam era la historia, y él mismo escribió una historia de Al-Andalus.

Sus obras incluyen la ampliación de la principal mezquita de Córdoba (962-966) y la finalización de la residencia real de Medina Azahara que su padre había comenzado en el año 936.

En su juventud, sus amores parecen haber sido totalmente homosexuales. Él era conocido por tener abiertamente un macho- harén. Esta exclusividad era un problema, ya que era esencial producir un heredero. Se llegó a la solución de tomar una concubina, Subh, que adoptó la apariencia física de un hombre joven, con corte de pelo corto y vistiendo pantalones. Al-Hakam supuestamente le dio el nombre masculino de Jafar. El enfoque funcionó y Al-Hakam fue padre de un hijo, Hisham.

De la descripción que se hace en la presentación del Bote de Zamora se deduce que tuvo otra concubina, Zoa, con la que no alcanzó descendencia, pues se dice que hubo un hijo muerto prematuramente.

Al-Hakam II sufrió un derrame cerebral cerca del final de su vida, que redujo sus actividades y puede explicar por qué no fue capaz de preparar adecuadamente a su hijo para el liderazgo. Los estudiosos modernos han especulado que, basándose en las descripciones históricas de su muerte, fue otro accidente cerebro-vascular, posiblemente provocado por el frío, que se cobró su vida en octubre de 976. Fue sucedido por su hijo, Hisham II al-Mulayad, que tenía 11 años de edad en el momento y fue un gobernante nominal bajo Almanzor.