Quasimodo era un niño jorobado que fue abandonado al nacer cerca de la Catedral de Nuestra Señora (Notre Dame) de París, donde habitaba, dedicándose a tocar las campanas. Supuestamente era hijo de una gitana. Solo podía utilizar un ojo, ya que el otro lo tenía casi bloqueado por la deformidad de su rostro, y quedó casi sordo por el acostumbrado tañir de las campanas de la Catedral, oficio que significaba todo para él, hasta que conoció a la joven gitana Esmeralda, de quien se enamoró por ser ella la primera que le había tratado con bondad.

Quasimodo era odiado por el pueblo de París por causa de su deformidad, lo que le hizo tener un carácter tímido y retraído. Sin embargo, poseía una gran valentía, astucia y un noble corazón.

Una peculiaridad de Quasimodo es el gran cariño que siente por la Catedral de Notre Dame de París donde vive. El campanero y la Catedral están unidos como si fueran una sola alma. Es allí donde Quasimodo se refugia del mundo que lo repudia injustamente.

Antes de Esmeralda, la única persona importante para él era el archidiácono Claude Frollo, quien lo había adoptado cuando fue abandonado en la Catedral entre los niños expósitos.

Quasimodo aún no había cumplido los veinte años. Su autor, Víctor Hugo, lo describe físicamente como un hombre de gran tamaño, mucha fuerza y una gran agilidad a pesar de sus defectos físicos; su buena forma podría ser el producto del ejercicio que realizaba constantemente trepando por las torres de Notre Dame y corriendo por los techos de los alrededores.

Su cabello era rojizo, sus ojos, aunque no se aclaró en el texto, podían ser azules. Estas características hicieron creer que tal vez no fuera hijo de una gitana, sino que hubiera sido raptado o abandonado por alguna mujer que lo dejó al cuidado de la gitana.

Quasimodo tuvo un final sumamente dramático. Desde lo alto de la Catedral de Notre Dame ve cómo Esmeralda es asesinada por el cruel archidiácono a quien consideraba amigo, y al no poder llegar a tiempo para salvarla, decide morir junto a ella, pero antes mata al archidiácono.

En "El Jorobado de Notre Dame" se resalta el lado sensible y el buen corazón del personaje, se revela la pureza del alma de Quasimodo, adornándolo con sus buenas actitudes.