Va la ministra de Empleo, Fátima Báñez, y plantea la búsqueda de un pacto de Estado para que la jornada laboral acabe a las 18 horas, por aquello de la conciliación familiar y esas cosas. Nada se sabe de la opinión al respecto de patronal y sindicatos. Pero, "oído cocina", los primeros en reaccionar, los primeros en aplaudir la idea, ¿quiénes dirá usted que han sido?, pues ni más ni menos que los habitantes del Congreso de los Diputados, sus señorías los parlamentarios patrios. Así, el Congreso se propone estudiar una posible reducción del trabajo parlamentario para ilustrar sobre la racionalización de horarios.

Al parecer los habitantes del edificio que custodian los dos leones de piedra más famosos de España, creen que hay que "dar ejemplo", mostrándose dispuestos a reorganizar el funcionamiento del Congreso en pro de la conciliación también en la Cámara. Y para que no se les malinterprete, que ya se les ha malinterpretado, alegan que las jornadas "maratonianas" los días que hay pleno afectan no solo a los diputados, sino también a los funcionarios y a los periodistas. Esa va a ser la gran disculpa para quitarse unas cuantas horas de encima de su bien remunerado trabajo, es un decir lo de trabajo, y reorganizarse para dar pie a la tan traída y llevada conciliación.

Con todos mis respetos, no me cabe duda de que algunos parlamentarios trabajan lo suyo y posiblemente también lo de los demás, pero es que hay otros muchos que van allí a hablar por teléfono, a consultar la tablet, a pasar el rato, a dormitar, a no hacer nada y algunos, incluso, sobre todo desde la llegada de Podemos, a montar el circo, estirar los brazos como desperezándose, bostezar y mostrar una educación pésima. Gente así ni son ni nos pueden dar ejemplo alguno.

Yo creo humildemente que, cuando hablan de conciliación y de reducción del horario de trabajo, no piensan en los trabajadores patrios sino en ellos mismos, lo que pasa es que lo travisten, y no de forma delicada, de pretendido interés por los ciudadanos, intentando colarnos algo que no cuela. Y no cuela porque enseguida se destapan arguyendo lo que han argüido en esta ocasión: jornada reducida para los demás, pero también para ellos. Antes saldrá lo de sus señorías que lo de los demás. Estimo que la Cámara Baja debe dar ejemplo en otras cosas, no precisamente en reducirse el tiempo de permanencia, el tiempo de trabajo. Descuide usted, a la hora de subirse el sueldo no son tan mirados. Ellos a lo suyo y los sindicatos y la patronal que resuelvan lo de los demás. Y ya sabemos cómo se las gastan los sindicatos. Les importa un bledo paralizar España por mucho que España no esté para paralizaciones. Los líderes de las distintas siglas sindicales tampoco dejan de cobrar.