Los actuales grupos parlamentarios parecen no tener las mayorías suficientes para asumir las responsabilidades de gobierno si no cuentan con el apoyo de otros grupos para sacar a delante sus programas. Una opción es intentar formar un gobierno de coalición negociando con otras fuerzas la creación de un equipo de gobierno que contenga miembros de otros partidos. Esta parece ser la solución políticas en las modernas democracias.

Esto de reunir a coaliciones o acuerdos para gobernar, aunque lo vemos ahora muy de actualidad, no es novedoso, pues en la antigua Roma ya se recurría a los pactos de triunviratos con los que el país era gobernado por tres líderes. Otro caso serían los resultados que se obtenían con estos pactos y sus consecuencias.

En el año 60 antes de Cristo se formó una alianza política para el gobierno de la antigua Roma entre Cneo Pompeyo Magno, Cayo Julio César y Marco Licinio Craso, que duró siete años.

Fueron más los desacuerdos que los acuerdos entre los gobernantes. Finalmente, tras una larga guerra civil, César fue asesinado, siendo muchos de los cabecillas del complot senadores a los que había perdonado el propio César.

El vacío de poder creado con la muerte de Cayo Julio César motivó la creación del Segundo Triunvirato, alianza por cinco años realizada entre Marco Antonio, César Octaviano y Marco Emilio Lépido, que da comienzo en el 43 antes de Cristo. El poder con el que contaban los triunviros era muy superior al que poseían todos los demás hombres de Estado juntos.

De las conspiraciones habidas entre Marco Antonio, el sobrino de César, Octaviano y el Senado, resultó que una lista de 300 senadores y 2.000 caballeros fueron condenados a muerte.

En otro momento del Segundo Triunvirato, Marco Antonio, que estaba casado con Octavia, la hermana de Octaviano, abandonó a esta para casarse con Cleopatra. Octaviano, maestro de la propaganda política, volcó la opinión pública de Roma en contra de Cleopatra.

El Senado romano declaró a Marco Antonio enemigo público y declaró la guerra a Cleopatra. Resumiendo: Marco Antonio y Cleopatra se suicidaron; Octavio pasó a llamarse Augusto y se convirtió en el primer emperador romano.