Aunque hay varias versiones sobre la existencia del lagarto disecado que está colgado a la entrada de la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, siempre teniendo en cuenta que se trata de leyenda, me quedo con la que dice que hace muchos años en el bosque de Valorio ocurrió este hecho insólito. Cierto día, en este lugar, que siempre sirvió de esparcimiento y descanso de los zamoranos, unos jóvenes estaban jugando y correteando junto al arroyo cuando fueron atacados por un enorme lagarto que surgió de las aguas. Aunque lograron salir ilesos puesto que huyeron a toda prisa, cuando contaron lo que habían visto hubo mucho alboroto por el suceso y cundió el pánico de tal forma que numerosos zamoranos dejaron de ir a Valorio.

No mucho tiempo después se repitió la aparición del reptil y se dice que atacó a una mujer que había ido a lavar al arroyo dándole muerte. Ante tan grave suceso nadie se atrevía a ir al bosque. Las lavanderas, aquellas sacrificadas mujeres que acostumbraban a bajar al arroyo a desgastarse las manos restregando ropas propias y ajenas, tuvieron que cambiar a un lugar de lavadero más seguro; los paseantes también cambiaron sus itinerarios y no querían acercarse a aquel fatídico arroyo invadido por el monstruoso animal. Los pinos, tan abundantes en el bosque, los caminos que surcan en todas las direcciones tal delicioso paraje, quedaron abandonados y desiertos algún tiempo.

Se organizaron batidas con toda clase de precauciones, pero no lograban cazar al animal.

Los zamoranos comenzaron a acudir a la ermita de la Virgen de los Remedios, que se encuentra muy cerca de Valorio, y allí pidieron protección a la Virgen. Ante tan numerosas visitas de fieles a la ermita, parece ser que consiguieron su Divina ayuda.

Una tarde, de nuevo se tomó la determinación de volver a la caza del lagarto. Cuando llegaron al arroyo, aquel enorme animal salió del cauce lanzándose sobre ellos, pero lograron atraparlo con una red y darle muerte. Con gran alegría por el éxito de la captura lo transportaron a la ciudad para que fuera visto por todo el vecindario y después fue llevado a la ermita para ofrecérselo a la Virgen de los Remedios en agradecimiento por la protección recibida.

Esta es una de las leyendas que se han dado a conocer con más o menos detalles sobre la existencia del lagarto que hace muchos años está colgado en la ermita de la Virgen de los Remedios. Pero estoy seguro que nadie pensará que Valorio, esta privilegiada zona verde de Zamora donde todos hemos disfrutado del aroma de sus pinos y múltiples especies arbóreas, pueda haber sido en ningún momento invadida por semejantes monstruos.