Toda la vida, aunque cumpla 80 años, tendrá que cargar con el consabido "pequeño" que antecede a su nombre. El tal no puede ser otro que Francisco Nicolás, el pequeño Nicolás para la mayoría ciudadana. Este chaval, ya no tanto, ha recibido la noticia de su condena por calumniar al CNI, descorchando una carísima botella de champán francés. Este chico es así de chulo, lo lleva en los genes. Se parece a Juan sin miedo. Todo le resbala o se la refanfinfla directamente. A cualquier chaval de su edad, sin oficio conocido, le preocuparía, y mucho haber sido condenado al pago de 4.320 euros. Pata el pequeño Nicolás eso es calderilla. Por cierto, siempre creí que la cantidad sería muy superior dado el número de calumnias que vertió sobre el Centro Nacional de Inteligencia y que el CNI no podía dejar pasar, si no quería convertirse en la risión, no ya de España, sino de Europa y del mundo.

Sin que se sepa de dónde saca pa tanto como destaca, lo cierto es que este veinteañero vive como un marajá de los de antes de Bin Laden, en un chalé con jacuzi frente al mar en Las Palmas de Gran Canaria donde reside desde hace algunos meses. Dicen que los ingresos obtenidos en sus apariciones televisivas le han hecho rico. No me extraña que haya bofetadas para ingresar en Gran Hermano. Pero también es verdad que "de donde quito y no pon pronto llego al hondón". Y yo no sé de dónde coños "pon" este para que no se le acabe la guita. Bueno, sí, en realidad sí lo sé, ejerce como directivo de la Unión Deportiva Las Palmas que preside, al parecer, un buen amigo suyo, Miguel Ángel Ramírez. Otro que se ha dejado abducir por el pequeño.

Que se lo queden en el archipiélago. En la península no lo queremos, ya tenemos bastantes fantasmas por metro cuadrado como para soportar uno más de tanto peso específico como el aludido. Como no podía ser de otra forma, Paconico, va a recurrir. Ganas tiene. Que pague. Si lo que le sobra es pasta. Y si no que se dé un garbeo por algún plató de televisión. Este rapaz, como las aves del mismo nombre, también se alimenta de animales que son mucho más grandes que él, solo que de dos patas y no tan inteligentes como para dejarse sablear de la forma que sablea Paconico.

No puedo entender que cobre más de 2.200 euros ¡al día! Como lo lee. No sé dónde lo he leído yo, lo cierto es que lo apunté de inmediato para no equivocarme al contarlo. Pero no lo cuento con admiración, si acaso con aturdimiento. Los sinvergüenzas tienen que dejar de admirarnos a los españoles. Ellos no son el espejo en el que hay que mirarse. Ellos representan todo aquello que empequeñece a las naciones. Es más rica una hamburguesa de Osorio que todo el caviar beluga que este espécimen puede meterse entre pecho y espalda. Acusado de falsedad documental, estafa en grado de tentativa y usurpación de funciones públicas, lo que no se puede hacer es elevarlo a la categoría de héroe nacional, de ejemplo de un español triunfador. Para mí lo son quienes con el sudor de su frente se han hecho con un nombre y un prestigio en España y en el mundo. Y de todos esos sí que tenemos buenos ejemplos en distintos ámbitos profesionales y artísticos.