Después del "brexit" del Reino Unido, viene la situación de violencia contra españoles. En los titulares de algunos medios podemos leer cómo los españoles no estamos exentos del brote de xenofobia y racismo del Reino Unido.

Acontecimientos racistas y xenófobos también están brotando tras la victoria del magnate estadounidense Donald Trump como presidente del país. Ya en su campaña amenazaba con una ruptura con aquellos que no estaban de forma legal en el país, y muchos estados con relaciones con la potencia mundial están expectantes de lo que el presidente electo vaya a decidir: no es visto precisamente como un icono de paz y solidaridad con los demás estados, más bien como garante de la ruptura de relaciones más o menos "amistosas" con los estados. Tanto es así, que incluso en el propio país ya algunos estados han comenzado a lanzar la idea de irse a compartir Gobierno con Canadá.

Marginación del que no es igual que yo, ruptura política (y/o territorial) y violencia son los ingredientes que a lo largo de la historia han dado origen a algunas de las más crueles guerras en que hermanos se alzaron contra hermanos, en que vecinos torturaron a vecinos, en que hombres se devoraron unos a otros.

Tenemos las guerras yugoslavas que en los años noventa del pasado siglo tiñeron de sangre y odio los Balcanes. Por qué no mencionar el muro que dividió por la mitad una ciudad como Berlín, una nación como Alemania, toda una sociedad rota por el hormigón y la violencia de la separación. Ya nos da vergüenza poner hormigón y ponemos solo vallas con cuchillas para defender que un pedazo de África es europea. Romper el territorio en los pedazos que a cada uno le va bien y defenderlo con violencia nunca ha terminado bien. Ojalá estas situaciones nos lleven a darnos cuenta de que el camino de la exclusión y la ruptura no construye nada; tan solo rompe y quiebra los lazos de amistad y respeto en los que se asienta la sociedad.

No pretendo ser profeta de calamidades, pero contemplando este panorama, y con los ojos puestos en la situación política de Cataluña, en la que no hay un especial clima de violencia por este motivo, yo me cuestiono: o los españoles estamos aprendiendo de nuestra historia o?