No le falta razón a la asociación Autismo Zamora cuando urge, más que pide, precios éticos para sus actividades acuáticas. A mí también me parece una burrada que tengan que pagar 240 euros al trimestre por acudir a la piscina climatizada. Si el agua es una terapia necesaria para sus asociados, por favor, permitan su acceso de forma totalmente gratuita a las instalaciones. Pero es que la asociación ni siquiera pide esa gratuidad. Tan solo pide precios éticos y justos. Precios que yo llamaría simbólicos. Y estos ni éticos ni estéticos. Esas personas, fundamentalmente niños, no pueden quedarse sin su terapia diaria, semanal o como quiera que sea. Pero es un pastón la cantidad que se les pide.

Cierto es que ha habido una rebaja municipal de 20% para este año. Pero es que es insuficiente. Es que las personas autistas necesitan muchos cuidados, muchos apoyos, mucha solidaridad, porque se trata de un trastorno complejo que puede durar toda la vida. Y porque el autismo es más común que los casos de cáncer, diabetes y sida pediátricos combinados. Si de verdad la progresía representa, como se autoatribuyen, la igualdad, la ayuda, la eficacia y todas esas cosas que deben dejar de ser palabras y convertirse en hechos, este es el momento de poner en práctica todo aquello que se autoarrogan.

Y no me estoy metiendo ni con el alcalde ni con el Ayuntamiento como enseguida no dudan en reprochar algunos, estoy, simple y llanamente, pidiendo que se haga justicia con un colectivo que necesita nuestro cariño, nuestro apoyo, nuestra generosidad y la ayuda municipal traducida en este auxilio en concreto. A ver si por ser un alcalde de IU al señor Guarido no se le va a poder decir nada. Yo no digo que no haya hecho historia, lo que tiene que procurar es pasar a ella como el alcalde que buena parte de sus votantes esperan, es decir, un buen alcalde. El autismo no tiene color político, señor mío, se presenta en cualquier grupo racial, étnico y social. En el caso que nos ocupa no están demostrando mucha altura de miras.

Y hay que estar a su lado. Y demostrarles nuestro cariño. Y darles nuestro calor, calor de manta zamorana como poco. Las familias de niños autistas tienen los recursos limitados y como reconoce su presidenta, Maribel Ramos, solo trabaja uno de los dos progenitores porque el otro se tiene que quedar al cuidado del niño, tarea que casi siempre recae en la madre. Por eso es bueno gastar menos en chorradas y darle un impulso importante a la acción social. Y si hay que regalar los abonos de la climatizada a estas familias, se les regala.

No es mejor el que más obras realiza en la ciudad, el que ayuda a proyectarla más al exterior, sino el que hace más por sus convecinos, por sus semejantes, sobre todo por los que más lo necesitan. Yo no quiero que las buenas gentes de esta asociación se sientan solas y desprotegidas, no lo están. Tengo para mí, ¡ojalá no me equivoque!, que el Ayuntamiento no va a echar en saco roto esta petición.