Como ciudadana española no quiero que se vuelva a repetir lo ocurrido dentro y fuera del Congreso de los Diputados con motivo del debate de investidura de Mariano Rajoy. Que nunca más diputado alguno se atreva a insultar a las víctimas del terrorismo etarra y a su memoria. Que nunca más el silencio de los restantes miembros de la Cámara suene a complicidad. No pueden permanecer pasivos e impasibles, tienen que alzar la voz para reprochar a los lenguaraces su indecencia. La intervención del dirigente de ERC fue delictiva. No había más que verle dirigirse al estrado, en actitud desafiante y chulesca, bronco en la palabra, mentiroso en el mensaje, con una prepotencia impropia en los de su edad. Con esos buscaba Sánchez el acuerdo para llegar a la presidencia del Gobierno.

No se puede consentir lo que se viene consintiendo en ese lugar en el que reside la soberanía nacional y, últimamente, los peores modos y maneras, el verbo tabernario de quienes han pasado de la caspa a la casta. La miseria moral de toda esa gentuza se puso de manifiesto cuando los Podemos, los Bilduetarras, los ERC y buena parte del Grupo Mixto permanecieron sentados ante la apelación de Antonio Hernando a la memoria de los socialistas que lucharon y cayeron por la libertad y la democracia frente a la barbarie etarra. Lucha que encarna el diputado Eduardo Madina, que nunca ha utilizado su condición de víctima de ETA ni se ha amparado en la de diputado para decirle a los terroristas lo que ahora sus voceros en el Congreso, los Podemos y compañía, les gritan a los verdaderos demócratas que sientan sus reales en el hemiciclo.

Nunca más medias tintas. En materia de terrorismo o estás con las víctimas o estás con los verdugos. O estás con los que han defendido la democracia, aun con sus luces y sus sombras, o estás con quienes han pretendido aniquilarla, segando todas las vidas que han podido. Rufián, Iglesias y toda esa caterva saben sobradamente que socialistas y populares han sufrido en sus carnes el zarpazo mortal de ETA. Han entregado muchas vidas a la democracia española para que la democracia española se consolidara. Rufián, Iglesias y toda esa caterva saben que la Guardia Civil, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas han entregado a muchos de sus hombres, incluso familias enteras y criaturas de poca edad, simplemente por ser los garantes de las libertades y de la seguridad del resto de ciudadanos.

A muchos hombres y mujeres que ocupan escaño en el Congreso de los Diputados y en el Senado español, Rufián, Iglesias y toda esa caterva no pueden darles lecciones de compromiso, de decencia, de ética, de lucha por la democracia y las libertades. Estos que insultan y amenazan, que utilizan el Congreso y el Senado para sus intereses personales no tienen ni puñetera idea del significado de las palabras ética, democracia, libertad, compromiso y lucha. Para que hoy todos vivamos en democracia y, ya ve, Rufián e Iglesias puedan decir lo que dicen sin que les enchironen, miembros del PSOE y del PP y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas y de la Judicatura han entregado vidas y sufrido sangre y dolor y desprecio mientras otros se han aprovechado de ello.