E1 pueblo de Tardobispo, a tan solo ocho kilómetros de distancia de Zamora, era un próspero municipio a comienzos del siglo XIX, llegó a tener más de 700 habitantes según los libros de registro municipales y estaban agregadas a este municipio las localidades de Las Enillas y la Tuda. Tenía, además, de la iglesia parroquial de El Salvador, una ermita titulada de la Santa Cruz y en su término se encuentran las dehesas de Alcamín Alto y Alcamín Bajo.

De la antiguedad de este pueblo nos da idea su nombre, compuesto por la contración de Otero del Obispo (Oterdobispo). En un censo de 1850 ya le quedaban solamente 161 habitantes. Esta entidad de población confina con Morales del Vino, Las Enillas y Carrascal. Está comunicada por las carreteras de Zamora a Ledesma y Zamora a Fermoselle.

En la pasada década de los años sesenta, las dificultades presupuestarias del Ayuntamiento le hicieron perder su categoría de municipio y pasó a pertenecer como anejo al Ayuntamiento de El Perdigón (había solicitado anexionarse a la capital, pero no fue posible).

No obstante, después de haber dejado de ser municipio, en el pueblo de Tardobispo llegaron a establecerse hasta tres restaurantes que, dada su proximidad a la capital, eran bastante concurridos en determinados días del año. En la actuallidad, solo queda abierto al público un restaurante. Las dehesas que se encuentran dentro del término de Tardobispo, tuvieron también su época de prosperidad. La de Alcamín Alto, hace poco más de 50 años tuvo una ganadería de reses bravas que regentaba la conocida familia Tomé. En el monte de esta dehesa se extraía carbón de encina, cuyo combustible era elaborado en las carboneras que allí se instalaban. Esta dehesa tenía dentro de su territorio la conocida fuente de Los Casales, de cuyas aguas se servían los habitantes de los caseríos próximos para el consumo doméstico. Confinaban con los terrenos de la dehesa de Alcamín Alto, la dehesa de Congosta, Las Hurnias, Tardobispo y Alcamín Bajo.

Alcamín Bajo, que está situada en la cabeza que conduce de Zamora a Sayago, hasta finales del siglo XIX tenía una casa que servía de taberna y posada para los viajeros que transitaban por aquella ruta; todavía existen los restos de la calzada romana y del puente, también de origen romano, que cruza el arroyo que viene del Perdigón, cuyo cauce no tiene un curso perenne, pero que se deja depósitos y charcos en los que se conserva el agua todo el año y en los que se llegaron a críar cangrejos en abundancia.

Esta dehesa de Alcamín Bajo confina con los términos de Carrascal, la dehesa de las Chanas, Zamora, Entrala y Tardobispo al que pertenece. En el siglo XIX era propiedad del marqués de Macuza, de quien no conozco más datos de los que aporta Pascual Madoz en su Diccionario estadístico de 1850.