Comenzaba el año de 1866, cuando se tenían noticias de que empezaba el derribo de la ruinosa torre de la iglesia de San Salvador de la Vid. Aunque sin mérito artístico, se reivindicaba que era recuerdo de un acontecimiento histórico. Se alegaba que allí había tenido lugar aquella imponente y majestuosa escena en la que doña Urraca, después de haber oído la proposición de su hermano el rey don Sancho, reunió al pueblo en aquel templo y, llena de santa indignación, preguntó con entereza si estarían dispuestos a defender la ciudad; y contestó aquel puñado de valientes que antes perecerían que dejar desamparada a su reina.

Cuenta la crónica que, estando el rey don Sancho con su hueste a la vista de Zamora, en el año de 1072 de nuestra era, antes de formalizar el cerco en el que perdió la vida, envió desde su campo al Cid Ruy Díaz de Vivar con la embajada de que notificase a su hermana doña Urraca su resolución de apoderarse de la villa.

Cuando doña Urraca esto oyó, mandó reunir a todos los de Zamora en San Salvador y les dijo: "Vasallos y amigos, he venido aquí para comunicaros como mi hermano, el rey don Sancho, me pide que le dé la villa de Zamora por haber o por cambio, si no la tomará él". Levantose entonces un hombre bueno, zamorano de los más honrados y dijo: "Señora, gracias a Dios viniste a nuestro concejo y nosotros, vuestros vasallos, no os desampararemos hasta la muerte y con vos estaremos antes que dar la villa sin vuestra voluntad".

Grandes dudas existen sobre el verdadero emplazamiento de la iglesia de San Salvador de la Vid, puesto que al aumentar la población en el reinado de Alfonso VI Zamora creció extendiéndose por las rúas Nova y de los Leones (hoy Renova y San Andrés) en cuya prolongación vienen a encontrarse las iglesias de Santiago del Burgo y San Salvador de la Vid, de lo que se deduce que, si estas iglesias existían en tiempos de Sancho II, estarían extramuros de la ciudad. Suponiendo que esta fuera la iglesia en la que doña Urraca convocara a su pueblo, ¿cómo es creíble que lo hiciera extramuros, cercada como estaba la villa por las formidables huestes de su hermano?

Demostrado lo erróneo de la opinión de los que atribuyeron a la ruinosa torre de San Salvador de la Vid una importancia histórica que no tenía, no pudo ser, por consiguiente, el templo donde se ayuntaron los zamoranos a la voz de doña Urraca; por lo que el lugar donde se verificó tan interesante acontecimiento estaría comprendido en el que ocupa la Catedral erigida por don Alfonso el Emperador con el título de San Salvador (así la llama en una escritura don Alfonso VII, fundador de la Catedral, por la que hacía donación al Cabildo de la heredad, era 1174 y un privilegio del mismo rey concediéndole el dominio y jurisdicción de las aguas del Duero, en donde están las aceñas de Olivares y el Puente Viejo).