Pero no un pañuelo cualquiera. La vida es como poco uno de esos pañuelos que ilustra, llenándolos de color y de vida, Ana Zaragozá. A estas alturas de su carrera profesional no voy a descubrir nada nuevo de esta pintora zamorana, sí, pero también universal, cuya obra la reclaman por igual museos y galeristas de Europa y América. En Portugal, cosechaba recientemente un éxito notable con una serie de pinturas de esas que llevan su sello y que a nadie dejan indiferente. En definitiva, el mundo de la pintura se disputa a esta zamorana. A mí me llena de orgullo, por paisanaje y por amistad, una amistad relativamente reciente pero sólida, nacida de la admiración.

El pasado año, Ana presentaba en el programa Flash Moda de Televisión Española su Estudio-Show Room. Sus ya famosos pañuelos, que llevan al cuello celebridades del cine y de la televisión, conformaron un recital de colores único. Ana trabaja la mejor seda con el mismo mimo que empleaban los chinos de la dinastía Han. Los pañuelos han convertido el nombre de la artista, vinculado siempre a sus lienzos, en el de una firma española de prestigio especializada en el diseño de pañuelos de seda exclusivos.

Pues bien, dada su relevancia y trayectoria ya imparable, Ana va a vivir una experiencia inolvidable a partir del próximo día 27. Porque el Museo Art Nouveau y Art Déco de Salamanca presenta por todo lo alto el próximo jueves, a eso de las 20.00 horas, la exclusiva colección de pañuelos creados por Ana Zaragozá para la Casa Lis. Como se puede suponer, esos pañuelos tienen algo especial. Sin abandonar la calidad que acredita, Ana ha apostado por una especie de más difícil todavía, inspirándose para esta creación en concreto, en los colores y motivos de las piezas de vidrio de Emile Gallé (considerado como uno de mayores representantes del movimiento Art Nouveau francés) y la Escuela de Nancy que se conservan y exhiben en el Museo, así como en las vidrieras modernistas.

Llevar al cuello uno de esos pañuelos que se han elaborado en Italia con un 100% de seda tiene que ser una auténtica gozada, porque es llevar una obra de arte, cada uno distinto, cada uno con la vitola de Ana que los hace inconfundibles. Para admirar esta nueva colección de Ana, capaz de inspirarse en los cuadros más famosos, en las obras de arte más significativas para crear sus pañuelos, en Salamanca se va a reunir la flor y nata del orbe artístico y de la crítica que no podrá hacer otra cosa que certificar un nuevo éxito de esta artista zamorana a la que nunca fallan las musas. Y es que de ideas, Ana va bien servida. Lo ha vuelto a poner de manifiesto. Sigue en un gran momento ya concatenado con el paso de los años que se materializa en sus cuadros y en sus pañuelos. Tener un genuino Ana Zaragozá, en el armario o rodeando el cuello, es ser la afortunada poseedora de una obra de arte.