A través de estas líneas vaya mi apoyo y aplauso por su valentía a Consuelo Ordóñez y demás víctimas del terrorismo ante la sinrazón y barbarie de personas como ciertos vecinos del pueblo de Alsasua que se dicen humanos, y de otras localidades vascas que siguen asediando y mofándose de las mencionadas víctimas. Dicen que ETA ya no existe, que no actúa, pero ante estos hechos, estos apoyos, es difícil de creer y también asimilar que queden personajes de esta calaña. Por otro lado pueden estar en contra de la Guardia Civil y otras fuerzas del orden, pero no tienen ningún derecho a ese acoso y derribo, se les llena la boca de convivencia, democracia y derechos, que son los primeros en no respetar; para ellos la reprobación y condena de una mayoritaria sociedad que de verdad quiere vivir en paz y en democracia después de tantos años siniestros, de tanto sufrimiento. Las instituciones, sus políticos, deben mojarse más en este asunto, no es suficiente condenar.

Ángel Santamaría Castro