Mi idea de un peregrino era la de un seguidor de Jesucristo y en este camino he comprobado que esta esencia se ha perdido. En todos los lugares cobran y se hace muchísimo negocio, cuando un peregrino siempre ha representado a un mendigo que busca encontrar su verdad interior y en los avatares del camino va pidiendo a vecinos y buscándose la vida en el campo, ahí radica el crecimiento interior y espiritual, y que para mi gusto jamás debería perderse en un negocio.

El camino es algo muy hermoso por la gente que se conoce de todos los lugares del mundo y que tan necesario es para nuestro avance en este mundo tan materialista, donde esta cercanía se ha perdido por aparatos que nos hacen cada vez más infelices, móviles, televisión y demás.

Otra maravilla que hace que conectemos con nosotros es la naturaleza y todos los regalos que Dios ha dejado en este camino, que para mí ha sido un avance brutal en mi vida.

Ricardo David Barea Aguilera (Córdoba)