Lo que han pasado en tiempos no tan lejanos las fuerzas de seguridad del Estado, sus agentes en el País Vasco en los tiempos de la barbarie terrorista etarra, es algo que ya se conoce un poco en el resto del país gracias a la literatura, el cine y los medios de información general. Pero aunque ya no haya atentados del ejército vasco de liberación, como llegó a llamarlo Aznar siendo presidente en su deseo lógico de conseguir por fin la paz en aquella región desangrada, las cosas parece que tampoco han cambiado del todo, pese a que ahora las fuerzas abertzales participen y con éxito en la democracia, y ahí esta como síntoma el linchamiento de Alsasua donde dos guardias civiles, un teniente y un sargento de la Benemérita, acompañados de sus novias, han sido bárbaramente apaleados. Sin olvidar que en Francia acababa de descubrirse estos días un zulo, o un arsenal, mejor, con cientos de armas de ETA, lo que viene a demostrar la falta de sinceridad y voluntad en lo que queda de la banda terrorista.

Los dos componentes de la Guardia Civil habían entrado ya de madrugada en un bar a tomar lo que se suele denominar la última copa de la noche cuando se vieron sorprendidos por algunos provocadores que les insultaron y arremetieron contra ellos y sus parejas a base de golpes, tirándoles al suelo donde continuaron la paliza que no cesó hasta que llegaron ambulancias y agentes de la Policía Autónoma Vasca que se hicieron cargo de los heridos y procedieron a identificar a los presentes, haciendo algunas detenciones que se continuarán en días sucesivos, al parecer, aunque desde la Benemérita no se confía demasiado, sabiendo cómo son y cómo están las cosas, en los resultados. Curiosamente el sargento, que ha sido el herido de mayor consideración al sufrir una fractura en una pierna, había participado en un rescate de expresos etarras perdidos en la montaña. Algo que volvería a hacer, han dicho sus familiares, pese a la agresión sufrida, en un ambiente hosco y de gran hostilidad hacia la Guardia Civil según han declarado algunos de los presentes en la pelea.

La juez que instruye las diligencias del caso ha puesto en libertad con cargos a los dos detenidos, que han negado su participación en los hechos, y de acuerdo con la Fiscalía, lo que tampoco ha sorprendido demasiado. Lo cierto es, y así lo manifiestan muchos vascos, que allí el miedo continúa imperando y haciéndose sentir en variados ambientes y niveles de la población. Por detrás, sin dar la cara, amparándose en la masa, como siempre han hecho, por lo demás, los etarras y sus adláteres y simpatizantes, que son muchos, demasiados si se juzga por las elecciones que allí tienen lugar y la representación que en todos los casos están consiguiendo. El separatismo vasco sigue muy vivo, ahora más que nunca, envalentonados todos antes los avances del independentismo en Cataluña, y sobre todo ante la pasividad y falta de coraje y recursos de un Rajoy que va a seguir gobernando España para satisfacción de quienes siguen adelante con sus planes secesionistas, unos disimulando, como los del PNV, y otros haciendo de ellos su bandera y firme hoja de ruta, como los secesionistas catalanes.