Estamos tan asidos, aunque no lo notemos, a nuestros entornos vivenciales que, en la mayoría de las ocasiones, su ambiente nos interacciona e impregna.

Cuando en estos días hemos estado ubicados alrededor de la salmantinidad de los acontecimientos del día 12-10-1936, no hemos querido, por ningún momento, dejar en el desván, que al ubicar los mismos tomamos como hecho referencial una ciudad, la leonesa de Salamanca, en una provincia, también la leonesa de Salamanca, con una territorialidad comarcal, las catorce comarcas salmantinas.

En un salmantino ambiente social, del año 1936, altamente ruralizado, donde los sones de la gaita (chifla) y el tamboril se adueñan del Campo Charro, La Sierra y Las Arribes, con el ferrocarril de La Vía de La Plata que enlaza integralmente las tres provincias leonesas y comunica las cesareoaugustas urbes de Astúrica y Emérita, se asoma, en desbordamiento, a la actualidad hispánica, por mor de las consecuencias de la celebración, el 12 de octubre, del republicano, otrora monárquico, día de la Raza. Ya han pasado los momentos donde el general Franco Bahamonde ha sido investido, por sus compañeros (21-9-1936, aeródromo de San Fernando (Salamanca-Región Reino Leonés), a la dirección del ejército que se ha sublevado contra el Gobierno de la República de España.

Ya han pasado todas las tramas políticas, entre los años 1931 y 1936, y estamos asentados, dentro de un cruento escenario bélico, en una guerra civil fratricida, dentro de una zona, del oeste de la España nación, en plena región histórica y constitucional del triprovincial Reino Leonés, y ahora nos ponemos en el Aula Magna de la USAL (Universidad de Salamanca) donde se conmemora la republicana festividad -heredada de la monárquica festividad- de la hermandad hispanoamericana.

La situación de crudeza procedimental, lesividad social y encarnizamiento sanguinario, se palpa, al día 12-10-1936, en toda la España nación, afectando a toda la sociedad española, donde las víctimas del enfrentamiento, con sus secuelas de padecimientos familiares en añadido, alcanzan cifras tremendas, espeluznantes y sobrecogedoras. Ha resultado que, este orlado descriptivo del completo posicionamiento de los españoles, de los dos bandos en litigio bélico, es en cada uno de ellos, al principio de la incivil guerra, un mosaico de amplios matices.

Ahora tenemos, a nivel del año 2016, que nos ha aportado otra literalidad, por la doctora Colette Rabaté, para las palabras pronunciadas por Miguel de Unamuno y Jugo, rector que fue de la Universidad salmanticiense, y hemos pasado, de forma altamente significativa, de un "venceréis pero no convenceréis" a un "vencer no es convencer" como aportación al último coloquio sobre los hechos guerracivilescos de la jornada del 12-10-1936 en la urbe leonesa de Salamanca. Y que, en buena lógica, dan otra referencia al tema, llevándolo en otra dimensión, así parece ser, que no se acerque tanto, aun sin dejarlo, tanto la impresión que le causó a don Miguel la muerte de su amigo don Atilano Coco, o el enfrentamiento que ya traía antes con el general Millán Astray por las interpretaciones respectivas que ambos hacían del sublevado filipino José Rizal.

Alguna vez hemos recordado el escrito de don Miguel, de fecha 9-2-1912, donde exponía, desde su ubicación en la urbe de Salamanca, con claridad lo siguiente: "Esto fue, cuando aún la unidad española no había fraguado políticamente, reino de León, y pueblos de esta provincia de Salamanca, rayanos con la de Ávila, que llevan el aditamento "de la frontera"? Y por lo atajadero al lenguaje, las particularidades del habla de esta tierra de charros, sus dialectismos... que no son sino los del llamado dialecto sayagués en que Juan del Enzina y Lucas Fernández, salmantinos ambos, escribieron sus autos , farsas, y églogas. como son sino particularidades leonesas. Hoy todavía se puede señalar en esta provincia donde acaba la propia Castilla y empieza León?".

A tenor de las nuevas interpretaciones, resulta que don Miguel abarcaba tanto hechos de amplia magnitud, ¡ de universalidad!, como situaciones próximas, de sus entornos convivenciales mediatos, como nuestra región Reino Leonés y su insertación en la Corona Leonesa hacia el hecho Hispánico e Ibérico con la España nación, y lo hacía siempre desde la española reflexión, previa, la transversalidad del saber y el más amplio y humano respeto.

(*) Del Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo.