Finalizadas las voces y los ecos de la celebración del "Día de la Provincia", a menos de 24 horas un organismo oficial hace públicos en este diario datos que nos devuelven a la realidad del día a día de esta tierra, cada vez más alejada de la que se nos describe en los discursos también oficiales.

A falta de lluvia en este inicio de otoño, el Servicio de Empleo Público Estatal nos echa un jarro de agua fría advirtiendo de los problemas que lastran la economía provincial, y que son de sobra conocidos y sufridos diariamente por los viejos cada vez más envejecidos y los jóvenes que emigran: el paro que no cesa sino que sube y baja cíclicamente; un tejido empresarial de empresas pequeñas con escasa inversión en tecnología; las dificultades financieras; el envejecimiento, la despoblación?

Lo dice un organismo oficial dependiente del Estado, gobernado en funciones por el Partido Popular, y por lo tanto alejado del "pesimismo genético" de la izquierda, que se nos achacaba por parte de un portavoz del mismo partido en el último pleno de la Diputación.

Se ve que ya estaban pensando en la fiesta del día siguiente, la de esta provincia, y no querían que nadie les estropeara un buen discurso con una pena de realidad.

Pero el empeño de la Diputación por negar la verdadera situación de la provincia en el día de fiesta, no ha impedido que la presidenta haya puesto el dedo en la llaga con las medidas prometidas. Entre ellas, el apoyo a la mujer emprendedora del mundo rural, que es la primera que abandona los pueblos que se nos llenan de mozos y no tan mozos, solteros; el aumento de las subvenciones al comercio, cuando en la mayor parte de los pueblos no hay ni comercio, ni bar, ni pymes; y subir las partidas para los servicios sociales, tras el cierre de los consultorios médicos y escuelas, y la pérdida de tres mil habitantes al año.

Por lo escrito en el párrafo anterior y por lo que hemos trabajado y luchado desde hace años por cambiar una realidad que nos parece injusta, no puedo menos que sentirme aludida por la frase textual de la señora presidenta: "No necesitamos ni agoreros, ni cenizos", que, por otra parte, revela que cada cual cuenta la feria según le va en ella. Y no se puede negar que a algunas, pocas, personas de Zamora les va muy bien.

Pero como pesimista que me llamó su portavoz y por lo tanto como "optimista bien informada", tengo que advertirle que la mayor parte de los zamoranos y zamoranas conocen bien la realidad de esta provincia porque viven en ella, pese a que no llega ni la televisión digital ni Internet para informarse. Otra de sus promesas en la fiesta y otra razón más para llamarnos agoreros.

Lo de cenizos no es de ningún modo admisible, porque la situación de Zamora no obedece a ningún gafe ni destino, sino a quienes han tenido la responsabilidad de gobierno, y han mirado para otro lado negando la realidad. Como han hecho una vez más en el Día de la Provincia.

Y también negamos la existencia del pesimismo "genético" de la izquierda. Porque las personas de izquierdas de Zamora y de todos los sitios tenemos tanta confianza en que el mundo va a cambiar de base que si de algo nos tachan es de utópicos. Y un utópico es también un optimista bien informado y sobre todo comprometido con los que necesitan un mundo mejor, más justo.

También porque si algo demuestra la fiesta del Día de la Provincia, más allá de la propaganda de un partido, es que todavía hay en nuestra provincia mucha gente que vive, trabaja, resiste y lucha día a día por mejorar la situación de Zamora. Estas personas son nuestra esperanza y nuestro optimismo.

Por eso de entre las voces y los ecos de la celebración del Día de la Provincia, con Machado comparto que "Desdeño las romanzas de los tenores huecos/ y el coro de los grillos que cantan a la luna./ A distinguir me paro las voces de los ecos/ y escucho solamente, entre las voces, una". La de nuestros pueblos. La del pueblo.