Mientras Colombia busca otro camino para llegar a la paz; Faes, la niña bonita de José María Aznar, se divorcia del PP; Pedro Sánchez anuncia que no dejará el escaño, ¿a qué o a quién me recuerda su apego al escaño?, estoy un poco despistada, pero me suena de algo, ya volveré en mí. Pues bien, mientras todo esto y mucho más sucede, Manuela Carmena vuelve a situarse en el ojo del huracán, ella, acostumbrada a estar en la cresta de la ola practicando windsurf político, con una de esas ocurrencias que rayan en la demencia, no sé si senil, porque la señora alcaldesa de Madrid tiene ya una edad.

Dicho lo escrito, en un hecho sin precedentes en la historia del municipalismo nacional, doña Manuela ha cerrado un acuerdo que van a tener que soportar los madrileños. No sé si tanto los que la votaron, que algo de bula tendrán, como los que están hasta el moño de las caras ocurrencias de esta señora, caras para el bolsillo del contribuyente madrileño. Voy al hecho. Los agentes de movilidad de la capital de España serán, desde el próximo enero, un "impuesto andante o sobre ruedas". Me explico, recibirán un complemento por productividad si cada mes ponen más de 21.720 multas que generen retirada de grúa lo cual lleva coste añadido, y 26.000 multas por infracciones graves. ¡Pobres madrileños! ¡Que vuelva Esperanza Aguirre a presidir el Consistorio! Por cierto, los agentes de movilidad que se la tienen jurada a Esperanza, la van a traer frita, se van a poner las botas. Más le vale coger el transporte público y de paso avisar a los medios para que los gráficos la inmortalicen, como suele hacer Carmena, de forma estudiada, siempre que le apetece. Estos son los que llegaban dispuestos a facilitar la vida a los ciudadanos, ¡Qué forma de complicársela! Opiniones hay para todos los gustos sobre la gestión de Manuela, la mayoría la ponen a los pies de los caballos. Tiene Madrid hecho una mierda y a los ciudadanos sin saber si podrán aguantar hasta el final de su legislatura. Lo mismo hasta hay una asonada no tardando mucho. Asonada de la que se echaría la culpa al Partido Popular. Las ocurrencias de Carmena están a punto de hacer rebosar el vaso del aguante de los madrileños. Y falta la Cabalgata de Reyes del próximo año. Lo mismo se la encarga a los titiriteros que hicieron apología de ETA. Un trampolín que los ha traído y llevado por las ciudades que gobiernan los que ven de perlas estas y otras arbitrariedades. Los agentes de movilidad de Madrid van a ser los más odiados de España. No creo yo que aquí, en la Zamora de mis entretelas, al señor Guarido, con problemas de "cash", se le ocurra un modo de recaudación igual o parecido. Estimo que tendría enfrente a mis queridos, Antidio Fagúndez y Tomás Antón, gente estupenda donde la haya y con suficientes dedos de frente.

No se pueden seguir al pie de la letra los dictados de ciertos políticos que, en lugar de cabeza, parecen tener una calculadora, basando su Gobierno en la recaudación a toda costa.