La verdad es que ha quedado muy bonito por dentro y por fuera el restaurado Teatro Ramos Carrión, de Zamora, y que tras largas décadas de inactividad pronto va a reanudar su vida escénica de modo definitivo y oficial. Pudiera ser incluso este mismo año, a finales, aunque más vale pensar que, en todo caso, pueda abrir sus puertas a partir del año que viene.

No todos los días, pero sí al menos, y por contrato, tendrá que haber 85 citas anuales en el escenario, si bien se estima que puede llegarse con facilidad al centenar, el 10 por ciento de las cuales se reservará a actuaciones del tipo que sean -teatrales, musicales, etcétera- protagonizadas por grupos locales o provinciales. Lo que no deja de ser un aliciente lógico. Aparte, pero dentro del conjunto de actividades que se programarán, quedan las exposiciones o los congresos que el Ramos Carrión, en esta otra particular faceta pueda ofrecer y que pueden ser muchos.

Las cosas están a punto, pues la Diputación tiene ya prácticamente adjudicada la gestión del teatro y al margen de consideraciones económicas que hay que tener muy en cuenta parece que con acierto pues de ello se encargará por un plazo de dos años, ampliable a otros dos, una empresa, Smedia, de Madrid, muy profesionalizada y especializada en el mundo del espectáculo que tiene a su cargo hasta nueve escenarios en la capital de España. En Zamora, la empresa, formada con otra, Eulen, se denominará Viriato, una concesión a lo local y al entorno de la singular edificación.

Sobre la gestión del Ramos en su nueva etapa se habló bastante en los últimos años de su recuperación, teniendo muy en cuenta además la existencia en la capital zamorana de otro teatro institucional, el Principal, que lleva décadas funcionando a pleno éxito para satisfacción de unos ciudadanos que siempre han demostrado una gran afición al teatro en cualquiera de sus géneros, llenando las butacas la mayor parte de las veces gracias a una variada programación de calidad. Felizmente, se decidió sacar a concurso, ahora resuelto, la gestión del teatro con el que a partir de ahora vuelve a contar la ciudad, y la adjudicación abre grandes expectativas, incluidas las muchas posibilidades existente en cuanto a transformar Zamora, que reúne todas las cualidades y requisitos para ello, en una genuina ciudad de congresos, con gran futuro por delante en este aspecto.

La experiencia que la gestión privada de recintos institucionales ha ofrecido Zamora en los últimos tiempos ha dejado que desear en algunos casos concretos, lo que hace esperar, y en ello se confía, que con el Ramos Carrión se lleguen a obtener todas las ventajas que la especialización y la profesionalización exigen a día de hoy en cualquier aspecto de la vida. Confiarlo a las instituciones, como en algún momento se pretendió, hubiese sido un gran error, enfilado al fracaso, dada la conocida y sufrida mediocridad de la clase política de fuera y de dentro. Lo privado es, generalmente, mejor que lo público por la sencilla razón de que las empresas se juegan su dinero y no el dinero ajeno.