Como lo de actor de cine no le ha funcionado -nunca estará en los anales del cine patrio que otros ocupan con más o menos gloria, con más o menos profesionalidad- el inefable Willy Toledo ha cambiado de oficio, se supone que algún beneficio obtiene porque no para. De malogrado actor ha pasado a "despellejador". Despelleja a todos los que no le caen bien. Incluso a los que caen bien al resto del mundo por sus grandes obras, su generosidad y su bondad. Voy un pelín tarde con la noticia pero no me resisto, no puedo. Después de llamar "gusano" al medallista olímpico Orlando Ortega, Willy ha vuelto a las andadas, esta vez ha hecho objeto de sus paranoias al papa Francisco, a la madre Teresa de Calcuta -aunque santa, seguiremos llamándola madre-, a Podemos, Tania Sánchez, Rita Maestre, Hugo Martínez Abarca y Jorge García Castaño de la formación morada. No sé si estos últimos por ese orden.

Con los que se ha empleado a fondo ha sido con Francisco y Teresa. Como usted sabe, el pasado 4 de septiembre la madre Teresa de Calcuta fue proclamada santa. Como no podía ser de otra forma, el eximio Willy consideró que era el momento adecuado de ejercer su derecho a la libertad de expresión, ya que en ese momento le venía de perlas. Tras llamar "farsante" y "capo supremo de la mafia" al papa Bergoglio; tras arremeter contra la Iglesia Católica considerándola "esa secta infestada de psicópatas, pederastas, farsantes y criminales", insultos realizados, por supuesto, en el ejercicio de su libertad de expresión, este famoso actor de películas premiadas en los más prestigiosos certámenes se empleó a fondo con la madre Teresa.

Para Willy la "señora Teresa de Calcuta es una demente ultraderechista y fundamentalista católica, campeona mundial de la farsa y la impostura". ¿Pero qué le ha hecho esa buena mujer a este malandro? Madre Teresa no está entre los vivos para defenderse, cosa que tampoco habría hecho, por ella habla su magnífica obra. Somos los católicos los que no podemos permanecer callados. En la viña del Señor habrá de todo como lo hay en la viña que estercola Willy. Si todos hacemos de la libertad de expresión una ristra de insultos de lo más soez y desagradable, deja de tener validez. ¿Verdad que haría muy feo que cuando servidora habla de Willy Toledo se refiriera a él como "ese hijo de puta"? ¿Qué culpa tiene su mamá que a lo mejor es una buena señora? ¿Verdad que sonaría muy mal que al referirme a este frustrado actor lo hiciera llamándole cabrón? Es que no me parece correcto. No podemos descender al abismo en el que vive este maledicente, este desubicado, este contrario a todo lo establecido. Qué nos cabe esperar a los católicos, empezando por el jefe Francisco y acabando por la última santa en incorporarse al santoral, si cuando ya no le conviene ha arremetido contra sus amigos de Podemos a los que ha puesto de vuelta y media.