Sería imprescindible, dado el retraso acumulado por la desidia de los anteriores equipos de gobierno municipal, la puesta al día en Zamora de los servicios de la ORA, pero que el coste de esta actualización vaya a cargarse directamente sobre los conductores parece inadmisible. Y eso aunque la zona azul en la capital sea la más barata de España, que lo es. Ahí puede que esté la causa del error, pues tal vez sería mejor y mejor aceptado que el precio por estacionamiento fuese más elevado y sin embargo resultase más cómodo y práctico para todos los usuarios. O sea, justo lo contrario de lo que ha logrado el Ayuntamiento de Guarido con las medidas adoptadas.

Que como ha denunciado el grupo municipal del PP, y en ello sí acierta, resultan disposiciones que parecen estar guiadas fundamentalmente por un ávido afán recaudatorio. Puede que con el paso del tiempo y la inercia inevitable de la rutina, se vuelva a una aplicación laxa de la norma, pero hoy por hoy quien maneja un vehículo a motor en la capital zamorana parece estar perseguido y acosado por los empleados de la ORA en primer término, en plan disuasorio, y en segundo y último lugar por una enloquecida grúa municipal que no deja títere con cabeza. Los motoristas de la policía local cooperan con ganas en el asunto y así la estampa de la retirada del coche se ha hecho familiar este verano, sin apenas transigencia, lo cual redunda en beneficio de las arcas municipales.

Bien está, en esta y en cualquier ciudad, utilizar la grúa para llevarse a aquellos vehículos mal aparcados que dificultan de alguna manera la fluidez de la circulación rodada, o incluso la impiden del todo como ocurre en algunos casos. En estas situaciones, no debe haber la menor duda. Pero todo lo demás es pasarse y pasarse innecesariamente, lo que hace que las sospechas del ansia de recaudar a costa de los ciudadanos se hagan cada día mayores. Coches con el tiempo límite de la zona azul agotado, coches en doble fila, coches aparcados en lugares reservados para carga y descarga, coches detenidos por unos momentos y con el conductor vigilando para que no estorbe, son víctima del celo perseguidor que le ha entrado al Ayuntamiento de Zamora. Que está empezando a perder, como ocurre siempre que a uno le tocan el bolsillo, el crédito y las simpatías que habían permitido al equipo IU-PSOE alzarse con la mayoría y hacerse cargo de la gestión municipal.

No descansa la grúa y entre los perjudicados por esta nueva fiebre se encuentran los turistas, los visitantes, no conocedores lógicamente de las reglas imperantes, y que a veces cuando vuelven a por su coche tras hacer una compra o comer en un restaurante se encuentran con la muy desagradable sorpresa de que su amado vehículo ha volado, literalmente. No queda otra entonces que llevar a cabo los trámites pertinentes, pagar las sumas correspondientes, e ir a por el coche retirado, todo lo cual además de dinero lleva tiempo y enoja profundamente a quien se ve en tal situación. Si es de fuera, se llevará, seguro, un pésimo recuerdo de Zamora y difícil será que retorne alguna vez por estos lares.