En La Opinión-EL CORREO de Zamora del pasado 20 de agosto se informaba de la charla coloquio celebrada en Sanabria sobre el estudio de la cuenca del Lago promovido por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (Magrama) a través de la Confederación Hidrográfica del Duero, con la colaboración de la Universidad de Salamanca. En dicha charla participaron, según el periódico, el catedrático de Limnología de la Universidad de Barcelona, Miguel Alonso, y el profesor del Departamento de Biología Animal, Javier Morales, junto con el alcalde de Galende, José Manuel Prieto, con el objetivo de dar a conocer el contenido del estudio. Ambos técnicos son dos de los beneficiarios de los 1,8 millones de euros con los que el Magrama pretende enterrar la polémica sobre el estado de las aguas del Lago.

Al leer la noticia, me llamaron la atención varias cosas. Que yo sepa no existe ninguna cátedra de Limnología en nuestro país. Miguel Alonso hace tiempo tuvo un contrato con la Universidad de Barcelona y es consultor. Si no es catedrático y ni siquiera profesor, ni forma parte del personal investigador ni emérito de la Universidad ¿cómo es que figura así en la noticia y se presenta con esas titulaciones en esta charla? Puedo estar equivocado y confío que me lo demuestre a mí y a los lectores de este diario.

Respecto a Javier Morales, tres cuartos de lo mismo. Estrechamente vinculado a la Junta y beneficiario de varios proyectos, entre ellos un Life millonario, ha realizado algunos trabajos de zoología y los ha publicado junto con otros autores que sí son titulares del departamento. Como dije antes, sería importante que ambos técnicos me saquen de mi error ya que no sería muy ético que se presenten como lo que no son. Por desgracia no pude asistir a la charla coloquio porque no me enteré de su convocatoria.

En cuanto al contenido de la noticia, está en la línea de lo que ya hemos visto otras veces por parte de estos señores con una argumentación muy parecida a la que ha seguido la Junta de Castilla y León con el tema de los vertidos: primero negarlos, después reconocer que se daban pero que solo afectaban a un 10% de toda la masa de agua depurada que se vertía en el Lago y, para finalmente, admitir que se producían. Parece que estos técnicos ahora ya reconocen que el Lago ha cambiado cuando antes no lo decían; también reconocen que ha habido un boom de una diatomea cuando antes no se enteraban y ahora se escudan, para encontrar alguna razón que justifique los cambios en el Lago, en el cambio climático o en procesos desconocidos, ignorando por completo el problema de los vertidos y la inoperatividad del sistema de depuración.

Ya estamos hartos de ver que cuando no se quiere solucionar un problema se crea una comisión o se financia un nuevo estudio, que en este caso nos cuesta 1,8 millones de euros, que no los pagan los que hacen estos fuegos artificiales. Mientras este estudio se hace, las depuradoras siguen sin funcionar correctamente y las aguas del lago están cada vez más turbias y verdes. Creo que, desgraciadamente, nos tenemos que empezar a acostumbrar a que Zamora pierda su único lago glacial, con aguas de condiciones especiales y cristalinas, para ganar un nuevo embalse en la provincia. Mientras, nos entretienen con otro estudio millonario; solo pedimos que sea realizado por profesionales independientes y de prestigio.

(*) Miembro del Foro Ciudadano de Zamora