El compartir es siempre signo de generosidad, de inteligencia, de sentido de la responsabilidad, etc., pues los bienes que se poseen están al servicio de los demás, pues todos necesitamos de todos, tanto de los de naturaleza material como los de naturaleza inmaterial, como pueden ser los conocimientos y saberes de índole profesional, teniendo presente, además, que es siempre más satisfactorio dar, ofrecer, al menos en el fuero interno, que recibir, a pesar de la ingratitud, a veces muy generalizada de quiénes reciben por su ignorancia y desprecio de lo que necesitan.

Lo oportuno, lo sabio, es disponer de la mayor información, y formación, posible sobre cualesquiera ámbitos, para conocerlos más y mejor, y tener una opinión fundamentada, no una basada en el instinto más animal e irracional, muy frecuente, por cierto; pero especialmente en el profesional, pues a él en primer lugar nos debemos por haberlo elegido voluntariamente y recibir, algunas veces inmerecidamente, unas compensaciones monetarias, y no monetarias, desproporcionadas con las aportaciones que el que cobra la nómina hace.

Si hoy en día, en las organizaciones dignas de tal nombre, el trabajo se suele realizar en equipos, cada uno de sus miembros tiene que aportar todas sus inquietudes, sus sugerencias, sus experiencias, sus sapiencias, para que el conocimiento aumente en el conjunto de la plantilla y, consecuentemente, sus cometidos los hagan mejor, con más eficacia, con más eficiencia, con más productividad, con más competitividad, con más diferenciación de la competencia, con ofertas de productos más satisfactorios para la clientela, con más posibilidades de éxito, de ventas, de beneficios, de supervivencia y crecimiento de la empresa.

La cultura, por tanto, de cualquier empresa u organización, sea privada o pública, debe promocionar e interiorizar en sus empleados cuanto antecede a los fines precitados, que no es más que el sentido de compartir que nuestros mayores desde nuestra más tierna infancia nos inculcaron.

Las Tecnologías de la Información y Comunicación facilitan la creación de redes de conocimiento interno en las empresas y administraciones públicas, posibilitando su innovación y mejora. Sugiero, si se permite, la lectura del artículo titulado "Empresas con inteligencia colectiva", de El País de los Negocios, de fecha de 24 de julio de 2016, para que una vez analizado y sacadas conclusiones se lleven a la práctica de empresas y organizaciones de todo tipo y condición que permitan cumplir más y mejor los fines contemplados en sus estatutos sociales y mandatos legales, haciendo también realidad la observancia de la responsabilidad social corporativa.

Marcelino Corcho Bragado